Y este cuento se acabó: el Arsenal tumba al Madrid, que no se acercó a la remontada

Fue bello mientras se imaginó. Pero cuando esta vez empezó a contarse, el cuento de la remontada no dio para nada. El Madrid de Mbappé abrió las fauces para tragarse los tres goles de desventaja de la ida, pero terminó derrotado, aún más lejos del Arsenal y con el francés despedido con pitos cuando, tocado, lo cambió Ancelotti sin haber tirado a puerta. La fórmula del rock & roll pereció ante la estructura de un Arsenal al que apenas inquietó y que salió de la Castellana graduado rumbo a la semifinal contra un PSG sin Mbappé. De la no remontada salió un Arsenal más adulto, y allí tocó fondo la vía caótica del Madrid.

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 El Real Madrid, entregado al caos y la agitación, pero pobre en ideas y juego, volvió a perder contra un Arsenal muy sólido, que apenas se sintió inquietado en el Bernabéu  

Fue bello mientras se imaginó. Pero cuando esta vez empezó a contarse, el cuento de la remontada no dio para nada. El Madrid de Mbappé abrió las fauces para tragarse los tres goles de desventaja de la ida, pero terminó derrotado, aún más lejos del Arsenal y con el francés despedido con pitos cuando, tocado, lo cambió Ancelotti sin haber tirado a puerta. La fórmula del rock & roll pereció ante la estructura de un Arsenal al que apenas inquietó y que salió de la Castellana graduado rumbo a la semifinal contra un PSG sin Mbappé. De la no remontada salió un Arsenal más adulto, y allí tocó fondo la vía caótica del Madrid.

RMAReal Madrid

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1

Thibaut Courtois, Antonio Rüdiger, Lucas Vázquez (Endrick, min. 60), Raúl Asencio (Luka Modric, min. 73), David Alaba (Fran García, min. 60), Aurélien Tchouaméni, Federico Valverde, Jude Bellingham, Kylian Mbappé (Brahim Díaz, min. 74), Vinícius Júnior y Rodrygo (Dani Ceballos, min. 60)

ARSArsenal

2

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David Raya, Jakub Kiwior, Jurriën Timber (Ben White, min. 94), William Saliba, Myles Lewis-Skelly, Thomas Partey, Martin Ødegaard, Declan Rice (Oleksandr Zinchenko, min. 94), Mikel Merino, Bukayo Saka (Leandro Trossard, min. 76) y Gabriel Martinelli (Kieran Tierney, min. 94)

Goles
0-1 min. 64: Bukayo Saka. 1-1 min. 66: Vinicius Junior. 1-2 min. 92: Martinelli

Arbitro François Letexier

Tarjetas amarillas
Alaba (min. 3), Raúl Asencio (min. 10), David Raya (min. 35), Rüdiger (min. 84), Thomas (min. 84)

El Real salió a jugar a la desesperada. Porque no ha sabido jugar de otro modo, más justificado por el 3-0 de la ida. Entró al césped sobrerrevolucionado, como si el reloj corriera al revés y al principio ya no quedara nada. Vinicius y Mbappé salieron en estampida por la izquierda, recién levantada la barrera, y encontraron un gol en fuera de juego.

Daba igual. Querían meter en la centrifugadora el partido, a la grada y, sobre todo, al Arsenal. Darles vueltas y vueltas, y ver si la ruleta se detenía en una casilla con premio. Sin embargo, lo primero que salió fue susto. El árbitro detuvo el partido alertado por el VAR. Habían encontrado a Asencio agarrando a Mikel Merino en un córner. Más de dos minutos después del lance, la pelota terminó sobre el punto de penalti y el Madrid, aún más al filo.

Ni un cuarto de hora desatados con la remontada y ya estaba el Arsenal al borde de ponerse con cuatro goles de ventaja. Pero Saka hizo algo rarísimo: un Panenka que no voló hacia el centro, sino hacia el lado al que volaba Courtois, que detuvo la estirada y espantó el balón con la mano izquierda. Al Madrid, al Bernabéu, mirar el abismo de manera tan directa, les empujó a echar más combustible a la caldera, la única vía que exploró.

El pelotón de Ancelotti perseguía rivales con una voracidad apenas vista este curso. También con un desorden similar. En la presión y en el ataque, que pasó muy pronto a la fase de los centros al área contra el equipo de Europa que mejor defiende. De uno de Lucas, de salida en el lateral derecho para pasar a Valverde al centro, llegó el peor sobresalto del Arsenal, que en realidad fue un falso sobresalto que duró cinco minutos. El árbitro vio a Rice agarrar a Mbappé y pitó penalti, pero la decisión no convenció a la gente del VAR. Requirieron al colegiado a la pantalla. Y el colegiado se echó atrás. Remontada abortada.

El partido lo marcaban las interrupciones. Las del VAR, las dilaciones de los jugadores del Arsenal para sacar o para recuperarse de cualquier encontronazo. El Madrid quería acelerar y el equipo de Arteta trabar la maquinaria. El tiempo lo marcaban los novatos, que apenas se inquietaron. La corriente no les llevaba. No había juego porque el partido no fluía, pero tampoco iba a ser la noche en la que el Madrid encontrara un mapa. Ni lo pretendía: el plan era el caos. Pero del caos no salía nada. En la noche que esperaban la madre de todas las remontadas, el más determinante era Courtois.

El belga llevaba ya tres paradas cuando Raya realizó la primera, casi después de una hora, al acunar un tiro de Vinicius. La segunda fue un puñetazo a un intento de gol olímpico de Rodrygo, lo último que dejó el brasileño. A media hora del final, sin que el Madrid se hubiera acercado ni un centímetro a la semifinal, Ancelotti recurrió al banquillo a Endrick, Ceballos y Fran García.

En ese punto, el Arsenal encontró un tramo para respirar. Para tocar. El Real se consumía en su propia agitación. Necesitaba tomar aire y oía los olés de la grada inglesa. Tocando y tocando, el equipo de Arteta alcanzó la frontal, desde donde Merino filtró un pase a Saka, que recurrió de nuevo a la delicadeza con la que había fallado y esta vez superó por arriba a Courtois.

El Real se encontraba más lejos que nunca. Solo entonces, después de más de dos horas y media jugando contra ellos, consiguió el Madrid marcarle al Arsenal. Vinicius apretó a Saliba, le birló la pelota y la mandó a la red. El Real, en su mundo mágico donde no hace falta plan, siguió empujando, y mientras empujaba, Martinelli les marcó el segundo, y ahí terminó un cuento que fue bello mientras se imaginó, pero que no tuvo al Madrid ni un minuto más cerca de la semifinal que antes de empezar el partido.

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