Un centenar de migrantes trata de cruzar a nado a Ceuta en una noche de fuerte presión migratoria en la frontera sur

Dos jóvenes migrantes en una playa de Ceuta piden ayuda a la Guardia Civil.

En la imagen, dos jóvenes exhaustos, con las ropas mojadas, alzan la mano pidiendo ayuda a dos guardias civiles que se acercan a la orilla de la playa. Estos dos agentes los levantan de la arena. Ha habido muchas más escenas como esa este fin de semana. Según fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta, alrededor de un centenar de migrantes ha tratado de cruzar a nado a Ceuta desde Marruecos durante la madrugada de este sábado. Había muchos jóvenes, pero también niños no acompañados, alertan desde Interior. Muchos han sido interceptados por la Marina marroquí antes de llegar a aguas españolas. Y el Gobierno local ha atendido a siete menores, según informa Efe. Esta es la realidad de una migración silenciosa, que se juega la vida de la forma más temeraria: agarrados a flotadores a la deriva en el mar.

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 La Guardia Civil y la Marina marroquí se han desplegado toda la madrugada para tratar de interceptar a los grupos de adultos y al menos siete menores que se han lanzado al mar en plena niebla  

En la imagen, dos jóvenes exhaustos, con las ropas mojadas, alzan la mano pidiendo ayuda a dos guardias civiles que se acercan a la orilla de la playa. Estos dos agentes los levantan de la arena. Ha habido muchas más escenas como esa este fin de semana. Según fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta, alrededor de un centenar de migrantes ha tratado de cruzar a nado a Ceuta desde Marruecos durante la madrugada de este sábado. Había muchos jóvenes, pero también niños no acompañados, alertan desde Interior. Muchos han sido interceptados por la Marina marroquí antes de llegar a aguas españolas. Y el Gobierno local ha atendido a siete menores, según informa Efe. Esta es la realidad de una migración silenciosa, que se juega la vida de la forma más temeraria: agarrados a flotadores a la deriva en el mar.

La Guardia Civil y los agentes marroquíes han tratado de alcanzarlos en una de las noches con más presión migratoria de la frontera sur. La niebla que cubre la costa en esta época del año se convierte en un factor clave que hace todavía más peligrosa una ruta ya de por sí temeraria. “Es común que en el verano tengamos estas condiciones de niebla y es entonces cuando, igual que el año pasado, se lanzan al mar. Cuando es más difícil que los vean”, cuentan fuentes de la Delegación a este diario. Fuentes policiales indican que la mayoría eran ciudadanos marroquíes que aprovecharon la situación meteorológica, aunque fueron frenados en su intento y retenidos por las autoridades del país vecino.

Desde hace un mes, la prensa local ha registrado decenas de vídeos y cuentas en redes sociales que llaman a los más jóvenes a echarse al agua para llegar a Ceuta nadando por la zona de El Tarajal. Hay cadenas de WhatsApp y mensajes que han provocado que cada noche, desde hace al menos dos semanas, los agentes se mantengan alerta esperando la llegada de medio centenar de personas. Esta noche, los cálculos —aproximados— alcanzan hasta un centenar, cuentan fuentes de Interior.

La madrugada del 26 de julio, al menos 54 menores marroquíes no acompañados llegaron a nado a Ceuta por las zonas de El Tarajal y Benzú, una playa y una pedanía de la ciudad española situada en el norte de África. Los menores habían aprovechado también el temporal que azotó la costa para entrar. Según fuentes oficiales, los recién llegados se suman a los más de 480 menores que ya se encuentran bajo tutela de la administración local, pese a que su capacidad óptima se limita a 132 plazas.

Ante este nuevo repunte, el Gobierno de Ceuta ha vuelto a solicitar la intervención del Ejecutivo central. “No queremos alarmar, pero sí trasladar que el momento es crítico. Esto es una cuestión de Estado. Que no nos dejen solos”, reclamaron a finales de julio en declaraciones recogidas por la agencia Efe. El pasado año más de 300 menores cruzaron a nado a la ciudad, lo que provocó un colapso de los recursos de acogida.

La de este sábado se ha convertido en la última noche de unas semanas intensas para la frontera sur. El jueves pasado otros siete menores ingresaban a Ceuta en otra de sus noches más crudas. En la madrugada del viernes, 14 personas lograron llegar a la ciudad, entre ellas tres mujeres. Y en la madrugada del domingo, otras siete habrían logrado su objetivo sin ser interceptadas, según ha informado TVE en Ceuta. La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en Ceuta, hizo la semana pasada una “llamada de auxilio” para “reforzar las patrullas de costa” con 200 agentes más.

Los agentes advierten además de que los datos de quienes se juegan la vida en el mar, sujetos a unos flotadores, ni siquiera figuran en las estadísticas del Ministerio de Interior. Y “se cuentan por centenares”, señalaba el secretario provincial de la asociación en Ceuta, Rachid Sbihi. De hecho, de alrededor de 100 personas que han calculado que este sábado trataron de cruzar a nado, no hay registrada ninguna llegada oficia. Esperan a que, en el caso de que hubiera menores no acompañados, sean atendidos estos días por el área de Menores de la Ciudad Autónoma.

La mirada del Gobierno local está puesta en el proceso traslado de menores migrantes no acompañados impulsado por el Gobierno central hacia diferentes puntos de la Península. El objetivo, anunciado por la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, es la reubicación de 4.400 menores desde Ceuta y Canarias hacia otras comunidades.

El secretario de la AUGC en Ceuta ha informado de que los intentos de entrada no solo se producen por el mar, también por la valla, y son “diarios”. En el segundo caso, según Sbihi, son intentos por parte de adultos procedentes de países subsaharianos, frente al perfil de los llamados “nadadores”: marroquíes menores de edad. “Recordemos que, en lo que va de año, han fallecido 17 personas. El dato habla por sí solo, es estremecedor”, ha afirmado Sbihi, que alude a la cifra de cadáveres hallados desde enero de 2025 en las costas de Ceuta.

El último balance del Ministerio del Interior en materia de Inmigración destaca que las entradas de inmigrantes por vía marítima (de enero a julio) han descendido un 32,2% respecto al año pasado. Que la ruta canaria ha caído un 46%, la de Ceuta un 77% y a Melilla solo han entrado nueve personas. Los datos, que contabilizan a los inmigrantes registrados hasta el 31 de julio, advierten sin embargo de una subida de las llegadas a las costas de la Península y Baleares de un 14.8% (unas 7.000 personas).

Sin embargo, estos datos tienen en cuenta solo embarcaciones. Y desde Ceuta, las autoridades alertan de una cifra muy superior, contando los que llegan a nado. Aunque muchos de estos inmigrantes no figuran en ninguna estadística, advierte la Guardia Civil, se trata de “la ruta más temeraria”, a la que se han sumado mujeres y niños, ya no solo marroquíes, sino de una decena de nacionalidades. Cada vez se alejan más de la costa para evitar ser interceptados por las autoridades de un lado y otro de la frontera. Y cada vez corren más peligro.

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