Sánchez defiende ante Xi el acercamiento a Pekín en plena crisis con EE UU: “España ve a China como socio de la UE”

El acercamiento entre España y China es un hecho. Pedro Sánchez y Xi Jinping, los líderes de ambos países, han sancionado con una reunión en Pekín y palabras amables de claro contenido político su nueva relación, en la que el español ha profundizado en la idea de que “España ve a China como un socio de la UE”, una terminología de clara cercanía política. La UE, oficialmente, define a este país como “socio, competidor y rival sistémico”, pero Sánchez, que asegura que cuenta en esto con el apoyo de Úrsula von der Leyen, defiende una nueva visión sobre Pekín en el contexto del nuevo aislamiento de EE UU. Más tarde, en una rueda de prensa en la embajada española, Sánchez ha insistido en apostar por ese movimiento hacia Pekín: “España es partidaria de unas relaciones más equilibradas entre la UE y China. Como miembro activo en la UE, ponemos énfasis en lo positivo para construir una agenda positiva España-China”.

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 El presidente chino agradece el gesto del español y concluye: “Cuanto más turbulenta sea la situación internacional, más importante será tener buenas relaciones con España”  

El acercamiento entre España y China es un hecho. Pedro Sánchez y Xi Jinping, los líderes de ambos países, han sancionado con una reunión en Pekín y palabras amables de claro contenido político su nueva relación, en la que el español ha profundizado en la idea de que “España ve a China como un socio de la UE”, una terminología de clara cercanía política. La UE, oficialmente, define a este país como “socio, competidor y rival sistémico”, pero Sánchez, que asegura que cuenta en esto con el apoyo de Úrsula von der Leyen, defiende una nueva visión sobre Pekín en el contexto del nuevo aislamiento de EE UU. Más tarde, en una rueda de prensa en la embajada española, Sánchez ha insistido en apostar por ese movimiento hacia Pekín: “España es partidaria de unas relaciones más equilibradas entre la UE y China. Como miembro activo en la UE, ponemos énfasis en lo positivo para construir una agenda positiva España-China”.

En la reunión con el primer ministro español, el líder del gigante asiático también ha trasladado palabras simbólicas de acercamiento en un momento de choque total con Washington por la guerra comercial desatada por Donald Trump. “Cuanto más turbulenta y cambiante sea la situación internacional, más importante será mantener un buen desarrollo de las relaciones sino-españolas”, ha resumido Xi, que hasta ahora no había hecho ninguna mención a la crisis de los aranceles con Estados Unidos y ha entrado de forma colateral por primera vez frente a Sánchez, aunque sin hablar expresamente de la decisión de Washington.

La tradición china es que los primeros saludos de las reuniones se hacen de forma pública, con las cámaras delante. Y ahí se ha visto no solo la cercanía en las palabras, sino también en los gestos, con la llegada de los dos líderes juntos a la reunión. Sánchez contesta así a las amenazas que le había lanzado la administración Trump ante este viaje y el acercamiento a Pekín, que el presidente español refrenda con esta reunión clave. El presidente del Gobierno busca responder así también a las críticas internas en España, sobre todo del PP. Sánchez es el primer líder internacional que visita al presidente Xi desde que estalló la guerra comercial con EE UU, ahora recrudecida por la decisión de Trump de suspender todos los aranceles menos los que ha establecido con China, que llegan al 145%.

En la rueda de prensa, Sánchez ha pedido al PP “anteponer el interés general y la altura de Estado, una mirada larga ante los desafíos extraordinarios” que atraviesa el mundo. El presidente insiste en evitar el choque con Trump, y sostiene que es compatible viajar a Pekín y reforzar lazos con China con mantener una buena relación con Washington. “La política exterior española no va contra nadie y es coherente con la de gobiernos anteriores”, ha dicho el presidente como mensaje al PP, para recordarle que Mariano Rajoy también viajó a China y buscó la cercanía de Xi.

Sánchez ha mostrado en este viaje su lado más diplomático, y ha evitado cargar contra Trump. De hecho, ha concluido la rueda de prensa con una llamada al diálogo entre la primera y la segunda potencia económica mundial: “Nadie gana en la guerra comercial, el mundo necesita que tanto China como EE UU hablen”.

La cercanía entre los dos líderes ha sido muy evidente. “Esta es la tercera visita suya a China en tres años”, ha recordado el propio Xi frente a Sánchez. “Es una muestra de la alta importancia que atribuye usted y también de su firme voluntad de profundizar las relaciones bilaterales, por lo cual expreso mi aprecio. En los últimos encuentros, tanto usted como yo coincidimos en crear unas relaciones sino-españolas de determinación estratégica y cooperación de ganancias compartidas”, ha insistido. “Actualmente, la acelerada evolución de los cambios mundiales nunca ha visto si una centuria se entrelaza con los múltiples riesgos y desafíos. Y en este contexto, solo con solidaridad y colaboración entre los países podremos defender la paz y la estabilidad del mundo y promover el desarrollo y la prosperidad globales”.

Xi ha subrayado “que no hay vencedores en una guerra arancelaria, y que oponerse al mundo solo lleva al aislamiento”. Las declaraciones son de extrema importancia. Es la primera vez que habla de la guerra comercial desde la última escalada. El presidente chino ha destacado que durante más de 70 años, el desarrollo de China “siempre se ha basado en la autosuficiencia y el trabajo duro, sin depender de nadie, ni temer la represión injustificada”, ha indicado, según la lectura oficial de Pekín recogida por los medios estatales.

Xi ha recordado además que Sánchez publicó recientemente un artículo con el presidente de Brasil, Lula de Silva, y el de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, “haciendo un llamamiento para dar un nuevo impulso al multilateralismo, defender los intereses comunes de toda la humanidad y rechazando el repliegue hacia el aislamiento, acciones unilaterales o disrupciones, poniendo de manifiesto sus visiones estratégicas y reflexiones racionales”. Así, Xi le estaba diciendo a Sánchez que ambos coinciden en rechazar abiertamente el giro de Trump. Desde el punto de vista estratégico, Xi también defendió, como Sánchez, que es necesario “impulsar las relaciones sino-europeas y hacer una mayor contribución a la promoción de la paz, la estabilidad y el desarrollo del mundo”.

Aun así, el presidente del Gobierno ha puesto un matiz que siempre coloca en sus visitas a China, y que hace referencia al enorme déficit comercial que tiene España y la UE con el gigante asiático, y que se debe también, según las quejas de los europeos, a las dificultades que los chinos ponen a los productos y a las empresas extranjeras. Por eso Sánchez ha hablado de unas “relaciones equilibradas”. España de hecho se lleva cuatro acuerdos para facilitar las exportaciones españolas a China, entre ellos del porcino, un asunto muy relevante porque supone más de 1.200 millones de euros cada año para la industria española, y también de cosméticos, productos sanitarios y medicamentos. Sánchez ha aprovechado también para intentar rematar grandes inversiones de empresas chinas en España que están maduras, y se ha visto con varios empresarios locales.

Sánchez mostró un claro acercamiento político con Xi: “Valoro como un gesto de respeto y de amistad hacia España este encuentro bilateral que prueba nuestro mutuo interés por mantener una interlocución fluida y al más alto nivel, a la que hoy damos un nuevo impulso”, ha dicho el presidente, que apuesta por “trabajar en temas de interés común, fomentando el comercio y las inversiones de una forma equilibrada para que redunden en el desarrollo de nuestros países desde nuestras visiones respectivas y fomentar el acercamiento entre nuestras sociedades”.

A este respecto, el presidente del Gobierno ha indicado que desea “impulsar el aprendizaje de nuestros idiomas, el intercambio académico y científico y el conocimiento de nuestro inmenso patrimonio cultural a través del turismo”, y ha dicho a Xi que España “es un país profundamente europeísta que ve a China como socio de la Unión Europea, y Europa es un proyecto de paz y de democracia, de progreso y de apertura económica, de compromiso con el orden multilateral y la solidaridad internacional”, ha rematado.

Sánchez además ha destacado otras cuestiones en las que España se acerca a China y se aleja de las nuevas posiciones de Washington, que se ha salido del Acuerdo de París. “Hacer frente a los desafíos de la humanidad resulta urgente. No podemos postergarlo. La emergencia climática, las guerras que no cesan, la lucha contra la pobreza y el acceso a la financiación de los países más vulnerables exigen de una acción conjunta y decidida por parte de la comunidad internacional”, ha insistido el español.

Pedro Sánchez y Xi Jinping, tras la reunión este miércoles en Pekín.

En el encuentro, Xi también ha asegurado que a pesar de los “cambios en el entorno exterior” ―sin referirse de forma directa a Estados Unidos― “China mantendrá su confianza y determinación y se centrará en sus propios asuntos”, según la versión oficial de Pekín.

El líder chino ha hablado de China y la UE como “dos de las principales economías del mundo, firmes partidarias de la globalización económica y el libre comercio”. Sus palabras llegan en un momento en el que Pekín y Bruselas recalibran sus lazos y tantean un acercamiento en medio del turbulento escenario geopolítico y comercial. Ambas forman “una estrecha simbiosis económica”, ha dicho Xi. “China y la UE deben cumplir con sus responsabilidades internacionales, salvaguardar conjuntamente la tendencia de la globalización económica y el entorno comercial internacional justo, y resistir conjuntamente las prácticas unilaterales e intimidatorias”. De nuevo, el manotazo de Trump al tablero comercial mundial, presente en la conversación, pero sin ser mencionado de forma directa.

El presidente chino, en todo momento, ha expresado el valor de la larga relación con España: “Cuanto más compleja e incierta sea la situación internacional, más importante se vuelve el desarrollo estable y positivo de las relaciones entre China y España”. La amistad entre ambos países, ha asegurado, “es la elección correcta de los dos pueblos basada en la amistad tradicional, las necesidades actuales y los intereses a largo plazo”. Y ha destacado la disposición de la República Popular China a trabajar con España en campos punteros como las nuevas energías, la fabricación de alta tecnología, y las ciudades inteligentes.

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