La medida afectará desde este viernes a millones de residentes en los condados de Yorkshire, Kent y Sussex, que se exponen a una multa de hasta 1.150 euros en caso de incumplimiento La medida afectará desde este viernes a millones de residentes en los condados de Yorkshire, Kent y Sussex, que se exponen a una multa de hasta 1.150 euros en caso de incumplimiento
La demanda de agua potable ha «alcanzado niveles récord». Con ese argumento, las autoridades del condado de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, y de … Kent y Sussex, en el sureste, han decretado desde este viernes la prohibición de usar mangueras de riego debido a la sequía sin precedentes que arrastra el territorio desde la primavera. La medida afectará a millones de británicos que a partir de ahora no podrán realizar actividades cotidianas como regar el jardín, lavar el coche o llenar una piscina infantil. Quien incumpla la nueva orden se expone a una multa de hasta 1.000 libras, el equivalente a 1.150 euros.
David Hinton, director de la compañía de servicios públicos South East Water, que suministra agua potable en Inglaterra, ha razonado este viernes en declaraciones recogidas por la BBC que no han tenido más remedio que adoptar esta medida. «A pesar de haber solicitado la ayuda de los clientes para usar el agua únicamente para usos esenciales, no nos ha quedado otra opción que implementar esta restricción temporal. Los recursos de suministro de agua se han visto significativamente limitados», ha subrayado.
South East Water detalló que el 30 de junio se registraron los niveles más altos de consumo de agua de toda la historia. En concreto de 680 millones de litros, lo que representa 105 millones de litros de agua al día más que el promedio del verano. Y la previsión no es mejor. No en vano, el Gobierno británico ya había advertido recientemente que Inglaterra había experimentado su primavera más seca desde 1893 y para los meses de verano se espera que las condiciones puedan verse agudizadas por las altas temperaturas, que se espera que superen los 32 grados.
Tras conocer la medida, el presidente de la Real Sociedad para la Prevención de Accidentes en Reino Unido, Steve Cole, ha señalado al diario ‘Independent’ que «el calor ya no es sólo un beneficio de las vacaciones, es un riesgo creciente para la salud pública». Por ese motivo, ha instado a la población a actuar con prudencia.
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