La designación de Andrej Babis al frente de la República Checa fortalece a la extrema derecha y eleva a esta ideología a una «categoría diferente» en la Eurocámara, según el primer ministro húngaro, Viktor Orbán La designación de Andrej Babis al frente de la República Checa fortalece a la extrema derecha y eleva a esta ideología a una «categoría diferente» en la Eurocámara, según el primer ministro húngaro, Viktor Orbán
Con el regreso al poder del magnate populista Andrej Babis en la República Checa, la ultraderecha ha sacado pecho en Europa. Mientras se preparan para … futuras batallas electorales, líderes populistas como el húngaro Viktor Orbán creen que el movimiento se ha fortalecido para volver a «hacer Europa grande», en claro reflejo del lema del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien bendice e inspira a los dirigentes ultras del Viejo Continente.
Los ultranacionalistas gobiernan en Italia y sacan músculo en el este de Europa con el propio Andrej Babis, Viktor Orbán y Robert Fico, en Eslovaquia. La extrema derecha se ha consolidado además como el primer partido de la oposición en Alemania, Francia y Portugal. «Los Patriotas por Europa han ganado fuerza», opina el mandatario húngaro sobre el grupo ultra en la Eurocámara. «Con el regreso de Andrej Babis, la familia política ha pasado a una categoría diferente. El tercer grupo más grande del Parlamento Europeo, dos primeros ministros en el Consejo (Europeo), Matteo Salvini en el Gobierno de Italia, la fuerza más poderosa en Francia, Austria y Países Bajos, con España y Portugal preparándose», se jactaba hace unos días en las redes sociales.
El húngaro y otros dirigentes de la plataforma se muestran convencidos de que los procesos electorales les serán favorables, sobre todo en Francia y Alemania, aunque en este caso sea de rebote, un triunfo ideológico, porque la AfD no forma parte del grupo. Algunos estrategas contemplan también de reojo el sueño de Orbán de reactivar la cooperación de Hungría con la República Checa y Eslovaquia, una alianza que podría consolidar un bloque radical relevante y un contrapeso cuando menos muy molesto a las decisiones de la Unión Europea.
«Listos para luchar, incluso contra viento y marea si es necesario», prometió Orbán durante una reunión del grupo, al que pertenecen La Liga de Matteo Salvini y Vox, de Santiago Abascal. Alternativa para Alemania (AfD) y los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni están en la Eurocámara en distintas bancadas.
De los más longevos
Meloni gobierna Italia de manera estable desde octubre de 2022, en coalición con La Liga, la conservadora Forza Italia de Antonio Tajani y Nosotros Moderados. Tras tres años en el poder, la primera ministra es muy popular y su Ejecutivo es ya el tercero más longevo de la historia republicana del país.
La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, será, por su parte, candidata al Palacio del Elíseo en las próximas elecciones presidenciales previstas en 2027 si la Justicia gala se lo permite. En marzo pasado fue inhabilitada durante cinco años para ejercer un cargo público tras ser declarada culpable de malversación de fondos del Parlamento Europeo.
Su futuro político está ahora en manos del Tribunal de Apelación de París, que a principios de 2026 decidirá su suerte. Mientras tanto, su delfín, Jordan Bardella, ya calienta en la banda, dispuesto a presentarse como candidato a las elecciones presidenciales si su jefa sigue inhabilitada.
AFP

AfD, que en el Parlamento Europeo forma parte del grupo Europa de las Naciones Soberanas, es actualmente el principal partido de la oposición en Alemania. La formación de la ultraderechista Alice Weidel fue la segundo más votada en las elecciones federales germanas del pasado febrero con el 20,8% de apoyos, duplicando el resultado de 2021 y superando a los socialdemócratas del SPD.
Alternativa para Alemania confía en lograr nuevos avances en las elecciones regionales de 2026, especialmente en el Este, donde es más fuerte. El partido ultraderechista encabeza las encuestas en Sajonia-Anhalt y en Mecklenburgo-Antepomerania, con un 40% y un 30% de intención de voto. Su consolidación supondría un revés para Friedrich Merz y un espectro político que ha mantenido un cordón sanitario respecto a esta fuerza –ahora sometida a debate–, pero sería sobre todo una señal de alarma para los Veintisiete.
Elecciones en Portugal
En Portugal, el ultra Chega es también la segunda fuerza en el Parlamento, tras la coalición de centroderecha del primer ministro, Luís Montenegro. La formación es hoy el principal partido de la oposición, aunque pinchó en las municipales de octubre. Su líder, André Ventura, se presenta como candidato a las presidenciales del 18 de enero. En Bélgica, el flamenco Vlaams Belang, formación nacionalista y de extrema derecha, se erigió como segunda fuerza en 2024.
En Países Bajos, el partido liberal progresista D66 derrotó en octubre a la derecha radical PVV del euroescéptico y xenófobo Geert Wilders en unos comicios muy reñidos. Hubo una diferencia de 15.000 votos, aunque ambos partidos lograron el mismo número de escaños. Todavía no se ha formado el Gobierno, pero los principales partidos han descartado gobernar con Wilders después que éste dejara caer en junio la coalición anterior y provocara la dimisión del primer ministro, Dick Schoof.
El húngaro Orbán, que lleva 16 años consecutivos en el poder, también está pendiente de las elecciones legislativas a celebrar en abril de 2026. En el partido gobernante, Fidesz, hay nerviosismo ante el ascenso en las encuestas del partido conservador Tisza, que lidera el opositor Péter Magyar. Un sondeo reciente da una intención de voto del 43% para el partido de Magyar y del 35% para el partido de Orbán.
La ultraderecha europea ha visto con satisfacción como Andrej Babis asumía este mes de diciembre el poder en la República Checa en coalición con dos partidos euroescépticos y ultraderechistas. Su programa de gobierno supondrá un acercamiento a las posturas eurocríticas de Orbán y del eslovaco Robert Fico, quienes cuestionan el apoyo incondicional de la UE a Ucrania, su política migratoria de la UE y la protección del medioambiente.
En Eslovaquia, el primer ministro populista y prorruso Robert Fico, que en mayo de 2024 sufrió un atentado, ha continuado con sus políticas ultranacionalistas y eurocríticas desde que regresó al poder en 2023. Su amigo Viktor Orbán sueña con reactivar la cooperación con la República Checa y con Eslovaquia. En los últimos años, el grupo de Visegrado – la alianza de Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría– había perdido peso en Europa debido a las diferencias de las posturas de sus socios en relación a la invasión rusa de Ucrania.
Polonia se mantiene firme en su fuerte apoyo militar y financiero a esta exrepública soviética y el Ejecutivo checo, sin ir más lejos, mostró también este viernes su apoyo tras el Consejo Europeo en el que se decidió prestar a Kiev 90.000 millones de eurobonos en un préstamo. Los gobiernos de Hungría y Eslovaquia, en cambio, son considerados más cercanos a Moscú.
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