«Europa se ha encerrado en una relación con un solo socio de comercio y ha puesto todos los huevos en una única canasta», dice el analista noruego sobre el acuerdo de la UE con Estados Unidos «Europa se ha encerrado en una relación con un solo socio de comercio y ha puesto todos los huevos en una única canasta», dice el analista noruego sobre el acuerdo de la UE con Estados Unidos
El insólito acuerdo de comercio suscrito entre Estados Unidos y la Unión Europea ha sido abrumadoramente criticado en las capitales de los Estados miembros porque … lo consideran una capitulación a Washington que, además, pone en evidencia la incapacidad de Bruselas para adoptar una postura de negociación más fuerte con Donald Trump.
En el encuentro celebrado a finales de julio en su campo de golf de Turnberry, al suroeste de Escocia, bajo una atmósfera «muy intensa», un malhumorado Trump, que insistía en su amenaza de seguir adelante con el arancel del 30%, aceptó finalmente el plan europeo presentado por la jefa de la Comisión, Ursula Von der Leyen. Y el presidente estadounidense recuperó de inmediato la sonrisa después de cerrar un acuerdo que impone el 15% en la mayoría de las importaciones del bloque, incluidos automóviles, productos farmacéuticos y semiconductores; un compromiso de compra de 650.000 millones de euros en petróleo, gas natural licuado y tecnología nuclear, más cientos de miles de millones en productos y armamento estadounidenses. Y todo ello sin aranceles recíprocos al aliado yanqui.
Abrumada por las críticas, la Comisión Europea ha modificado su relato, enfatizando que el acuerdo no es un documento legalmente vinculante, sino más bien un «conjunto de compromisos políticos». Un pacto que no ha terminado todavía, sostienen los europeos descontentos con los términos de Trump, que sigue amenazando con más gravámenes.
Quedan meses por delante para saldar las discrepancias con Washington y adaptar el pacto a la realidad. De momento, el Ejecutivo comunitario ha suspendido las contramedidas. El experto en geopolítica, autor y profesor noruego de la Universidad de Oslo, Glenn Diesen, analiza para este periódico el impacto de este convenio en el bloque de los Veintisiete y en qué posición deja al Viejo Continente con unos aranceles que ya han entrado en vigor. «Ha sido una rendición completa», lamenta el analista. «La mayoría en Europa ha reconocido que Estados Unidos obtuvo todo lo que quería y los europeos no lograron nada. No hay nada bueno en este acuerdo», advierte.
– Bruselas ha defendido el acuerdo como «el mejor posible», porque no sólo mantiene las tarifas en la mitad del 30% con el que amenazaba Trump, sino que despeja incertidumbres y brinda seguridad y estabilidad a la industria del bloque.
– No es el mejor en absoluto. No solo los aranceles suben del 5% actual al 15%, sino que ahora la UE se ha comprometido a comprar el GNL (gas natural licuado) de EE UU, pese a que paga tres y cuatro veces más de lo que hubiera pagado por el petróleo y el gas ruso. Además, los europeos se comprometen a invertir grandes cantidades de dinero en Estados Unidos y a comprar armas estadounidenses, algo que impulsará el desarrollo de su industria pero inhibirá el de la europea. El comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, vendió el acuerdo subrayando que la actividad comercial está estrechamente relacionada con la seguridad, particularmente en el contexto de los desafíos geopolíticos actuales, lo que obliga a mantener fuertes relaciones internacionales con socios como Estados Unidos. Con ello, Bruselas ha supeditado el crecimiento económico de Europa a la seguridad.
– ¿Es este acuerdo una victoria para la OTAN, que parece haber absorbido a Europa?
– La OTAN es mayormente Estados Unidos y los europeos están bastante desesperados ante la posibilidad de que Washington deje de pagar por su seguridad en un momento en el que ha decidido distanciarse de sus prioridades en Europa. Por eso cuando Trump exige un aumento del gasto militar del 2% al 5%, los europeos entran a saco, lamen el pie que les patea. Tienes al mismo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que se refiere a Trump como ‘Daddy’ (papá), halagándole todo lo que puede para que se vea bien. Confirmando esta relación asimétrica. Creo que la OTAN va a sufrir mucho como resultado de esta guerra fallida contra Rusia. Este va a ser un gran problema que inevitablemente la debilitará.
– ¿Cuál será el impacto económico para el bloque de la eurozona?
– Habrá una gran crisis económica. La idea de que los europeos pueden pagar el 5% de su PIB en defensa es una fantasía, no va a suceder. Lo más probable es que veamos algo como lo que está sucediendo en Gran Bretaña, donde se ha contabilizado parte del gasto de infraestructura como gasto de defensa para redondear los números y hacer felices a sus jefes en Washington. Creo que esa es la dirección en la que vamos.
Un mundo multipolar
– En el marco global, este acuerdo relega a Europa, que pierde relevancia al tiempo que la energía se mueve hacia Asia.
– El principio que sustenta todo esto es que el mundo se está moviendo ahora de un sistema unipolar a uno multipolar en el que Europa es menos próspera y más dependiente en seguridad, y ya no es realmente tan relevante. Estados Unidos tiene relativamente pocos recursos ahora y cuenta con mejores opciones en Asia donde busca centrar sus prioridades. Así que este es un intento desesperado de los europeos para mantener a Estados Unidos en Europa y para mantenerse relevantes. El problema es que, en un mundo multipolar, uno debe tratar de diversificar sus lazos económicos. Ese es el problema. Los europeos se han encerrado en una relación con un solo socio de comercio, poniendo todos los huevos en una sola canasta, como si América fuera el único actor en el mundo.
R. C.

– El acuerdo ha puesto también de relieve el gran déficit democrático en el epicentro de las instituciones de la UE, en este caso la Comisión. La misma UE que se conjuró para proteger su mercado de las tácticas de fuerza de EE UU ha entregado voluntariamente la tercera economía del mundo, un bloque que representa a 450 millones de consumidores.
– Efectivamente, el principal objetivo de la UE era el de mantener cierta paridad con EE UU, que los 27 Estados miembros tuvieran un poder de negociación colectiva equiparable como base de la hegemonía de la política del Oeste. Y esa es la gran ironía. Si la UE fuera un país no se le permitiría unirse al bloque por ser tan antidemocrática. Este siempre ha sido el problema clave. Como dice, la UE fue creada exactamente para que los Estados miembros pudieran negociar desde una posición de fortaleza. Sin embargo, siendo mucho más fuerte que Europa, EE UU ha dictado los términos y los europeos de hoy se han convertido en sus vasallos. Y esto plantea la pregunta de cuál es el punto de la Unión Europea ahora, después de haberlo regalado todo bajo este horrible acuerdo de comercio. Hemos visto a muchos europeos bastante molestos porque esto intensificará la desindustrialización. Es un desastre en muchos niveles.
Más dependientes
– ¿Los europeos se han puesto a sí mismos en esta posición?
– Washington les pidió que se desprendieran de la energía y el mercado rusos, y de la tecnología china, y eso les ha hecho cada vez más dependientes de EE UU. Así que esto es muy autoinfligido, bastante estúpido porque era obvio que muchas de estas tendencias iban en contra de su interés nacional.
– Trump parece estar relegando también a Europa en la guerra de Ucrania, con un envolvimiento mucho más directo ahora, en una guerra que prometió terminar.
– Creo que Trump ha caído en el autoengaño presentándose como una especie de mediador. Esta es principalmente una guerra entre la OTAN y Rusia, en Ucrania. Es decir, la OTAN utiliza la mano de obra ucraniana. Entonces, la idea de que EE UU, que es mayormente la OTAN, sea ahora un mediador que intenta resolver el conflicto, no tiene sentido. Se trata también de una solución peligrosa ahora que Trump se está involucrando más profundamente en ataques contra Rusia con armas más agresivas. En algún momento, los rusos ya no lo soportarán y verán que es necesario tomar represalias para restaurar algo de disuasión, y creo que nos estamos moviendo en esa dirección.
– El ministro de asuntos exteriores, Serguéi Lavrov, ha subrayado que «por primera vez en la historia, Rusia está sola en contra de todo Occidente. «En la Segunda Guerra Mundial teníamos aliados, ahora no», ha dicho recientemente.
– Los rusos están muy al tanto de lo que pasó en las negociaciones falsas con Irán, que mientras se desarrollaban se planeaban ataques en su contra, y ahora tienen muy poca confianza en la diplomacia estadounidense. Los tres aliados, China, Irán y Rusia, se defenderán y ninguno de ellos dejará que otro caiga. La idea de aislar a Rusia era la política de Biden, y ahora es la política de Trump. Este es Biden 2.0, un esfuerzo para aislar el sistema internacional ruso. Han presionado a India para no comprar tecnología de los chinos, para no comerciar con Irán, y ha recibido un gran arancel por hacer negocios con Rusia. El intenso esfuerzo de EE UU de reafirmar su hegemonía global en un mundo que se multipolariza está incentivando a las otras potencias emergentes del sistema internacional a unirse, y rearmarse, para hacer frente a Washington. Esta intensidad de la hostilidad global en múltiples frentes agota el potencial y los recursos de EE UU, y hace mucho más difícil obtener lo que se desea cuando uno busca obediencia completa en todos los campos. Es posible que tenga algunas victorias a corto plazo aquí y allá, pero a medio y largo plazo, creo que la lección al mundo será que ya no se puede depender de Estados Unidos.
– ¿Qué debería hacer Europa para ganar independencia?
– Si Europa quiere ser más independiente debe poner fin a la guerra en Ucrania, porque mientras la guerra continúe dependerá de EE UU en seguridad, y Washington utilizará esa dependencia para convertirla en lealtades políticas y económicas. A menudo es necesario evitar las narrativas oficiales inmunes a los hechos. Por eso los europeos tienen ahora que salir de esa guerra.
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