La Asamblea Nacional comienza a debatir este lunes la creación de una fiscalía especializada en combatir el tráfico de drogas La Asamblea Nacional comienza a debatir este lunes la creación de una fiscalía especializada en combatir el tráfico de drogas
La Asamblea Nacional francesa empieza a debatir hoy un ambicioso proyecto de ley sobre el narcotráfico. El texto incluye como medida estrella la creación de … una fiscalía nacional especializada en la lucha contra el tráfico de estupefacientes, siguiendo el modelo de la antiterrorista. Este debate tiene lugar en un momento de preocupación creciente en el país por la influencia de los narcos en las altas esferas. El ministro del Interior, el polémico y mediático Bruno Retailleau, había avisado el pasado otoño de una «mexicanización del país».
«Ya es una realidad la corrupción de las altas esferas (…) Numerosos indicios lo demuestran. Estoy convencido de que las organizaciones criminales vinculadas a la droga ya han corrompido a las instituciones francesas», alertó el conocido periodista italiano Roberto Saviano en una entrevista para la revista ‘L’Obs’. El problema con las mafias «en el presente en Italia corre el riesgo de ser el futuro de Francia», presagió el autor de ‘Gomorra’.
Inspirándose en esas declaraciones de Saviano, el alcalde de Grenoble, el ecologista Éric Piolle, hizo recientemente una propuesta curiosa para medir la gravedad de este fenómeno. Pidió que efectúen controles antidrogas a los diputados, senadores y a los miembros del Ejecutivo. «Propongo que les hagan test de saliva, orina y capilares (…). Se trataría de pruebas anónimas para no señalar a nadie», aseguró el edil, que es uno de los representantes más conocidos de los verdes franceses. «Sería una manera para saber si el problema también afecta a los círculos de toma de decisiones, que se presupone que deben luchar contra el narcotráfico», añadió.
El alcalde de Grenoble ha propuesto hacer controles de droga a ministros, diputados y senadores
Piolle, que dirige desde 2014 la principal localidad de los Alpes franceses, propuso esa medida después de que se conocieran varios casos de representantes galos adictos al consumo de drogas. En noviembre hizo correr ríos de tinta el caso de Andy Kerbrat, diputado de la Francia Insumisa (afines a Sumar o Podemos), al que detuvieron en una parada de metro en París tras haber comprado a un menor unos gramos de 3MMC, la «nueva cocaína». En 2023 se conoció el del representante macronista Emmanuel Pellerin, que era un consumidor habitual de cocaína. «Todo el mundo se daba cuenta. Me decían: ‘Está rojo, transpira. ¿Qué ha tomado?’», explicaba una fuente parlamentaria sobre otro diputado, cuyo nombre no se ha revelado, en una investigación de la cadena de radiotelevisión France Info. En ese mismo artículo se habla de políticos que toman rayas en los baños de la Asamblea Nacional, así como de fiestas en el recinto parlamentario en que «circulan bolsitas con droga».
Un asunto «tabú»
La periodista Élise Lucet -una de las más conocidas en Francia- puso el dedo en la llaga a finales de febrero, cuando intentó hacerles controles antidrogas a los diputados en los pasillos de la Cámara Baja. Como pasa con el resto de la ciudadanía, el consumo de estupefacientes está banalizado entre una parte de la clase dirigente. Hasta 1,1 millones de personas consumieron cocaína en el país vecino en 2023, según los últimos datos del Observatorio Francés de Drogas. Se trata de una cifra récord desde que se realizan estudios de ese tipo.
A pesar de este contexto, la propuesta del alcalde de Grenoble ha tenido una acogida fría. Ha sido tachada de «bastante ridícula» por la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet. «Hubo algunos casos que hicieron correr ríos de tinta y que resultan absolutamente catastróficos», pero esto no significa que «debamos estigmatizar a este sector de la población -a las elites políticas-», sostuvo. Más sarcástico se mostró el ministro de Justicia (y antes del Interior), Gérald Darmanin, quien dijo que no le suponía ningún problema que lo sometieran a cualquier control de ese tipo. «Pero tienen que hacerlos a la totalidad de su consejo municipal, puesto que el señor Piolle no lucha contra las drogas», declaró.
La idea de hacer controles a los diputados, ministros o concejales municipales tiene un cierto trasfondo populista, pero alerta sobre un hecho para nada banal: la presencia de drogas ilegales en esas instituciones. Su consumo no solo se debe a una finalidad recreativa, sino que también se ve favorecida por unos horarios interminables. Y aunque se trata de un asunto de interés general al afectar a los representantes de la nación, sigue siendo «extremadamente tabú», reconoce un asesor parlamentario.
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