La campaña publicitaria protagonizada por Sydney Sweeney para American Eagle, con un juego de palabras en inglés entre genes y jeans, desata un fuego cruzado sobre belleza y racismo La campaña publicitaria protagonizada por Sydney Sweeney para American Eagle, con un juego de palabras en inglés entre genes y jeans, desata un fuego cruzado sobre belleza y racismo
¿Hay algo más americano que los vaqueros? Tal vez solo el arte de convertirlo todo en polémica. Desde los anuncios de Marlboro hasta los … de Coca-Cola, los jeans son el uniforme americano exportado al mundo como un símbolo de desenfado, rebeldía y comodidad que ha cautivado a mineros, cowboys, hippies y estrellas de cine, desde Elvis Presley hasta Mick Jagger. Esta semana están en el centro de una guerra cultural que trasciende las modas.
La guerra la ha desatado un anuncio de American Eagle que ha decidido jugar con la palabra ‘jeans’ y ‘genes’, sobre el perfil sensual de la actriz de moda, Sydney Sweeney, de tez pálida, ojos azules y melena rubia. «Los genes se transmiten de padres a hijos y, a menudo, determinan rasgos como el color del pelo, la personalidad o incluso el color de los ojos», dice la actriz tras un sensual paneo en el que se abotona el pantalón. «Mis jeans son azules». El narrador parece satisfecho. «Sydney Sweeney tiene buenos jeans», concluye la voz en off.
En los tiempos del ‘America First’ en que la ideología de Make America Great Again (MAGA) redefine a EE UU, era inevitable asociar una connotación racista a un anuncio que define los «buenos genes» con el estereotipo anglosajón. Cuesta creer que a los creativos publicitarios se les haya pasado el detalle. Y aunque la sociedad calle cuando hay dinero en juego, siempre le quedará el poder del consumidor. Una cosa es que el concepto de diversidad haya desaparecido de empresas e instituciones por temor a las represalias del gobierno, y otra que las marcas de moda hagan bandera del prototipo blanco y se apunten a la nostalgia reaccionaria.
La polémica prendió como la pólvora en las redes sociales, pero no quedó ahí. El tema se ha debatido hasta la exhaustividad en podcasts del ‘Washington Post’ o segmentos televisivos de ambos polos ideológicos. Porque luego está la reacción a la reacción, o más bien, la indignación hacia la polémica de lo que el mundo MAGA considera una muestra del pataleo woke.
Como prueba, Megyn Kelly, una musa de Trump que el presidente rescatase del exilio de Fox para hablar en su fiesta MAGA de investidura, sostiene que si el mismo enunciado genético se hiciera con una chica «hispana, negra o india», no habría habido polémica alguna. «Estoy aquí para deciros que no tiene nada malo ser rubia, de piel clara y ojos azules. ¡Nada!», declaró en la televisión australiana. Kelly es, por supuesto, rubia de ojos azules, por lo que se erige en defensora de Sweeney y de todas las mujeres blancas, hacia las que detecta «un odio especial» entre las clases. «No puedes decir nada de genes blancos porque todos seguimos atascados en la era de Jim Crow y de la Esclavitud, y tenemos que pretender que no se ha hecho ningún progreso. F**off! Joderos si nos gusta que celebremos lo bien que se ven nuestros genes».
Para Kelly, el comentario de los genes es claramente una referencia «a su culo y sus tetas, no a su piel», asegura. «Solo los progres raritos eligen escandalizarse por esto». A partir de ahí, cada comentario «progre» sobre esta polémica se amplifica en Fox, YouTube y los podcasts de la ultraderecha, que incluso aseguran que la izquierda acusa a la actriz de nazi por tener un pastor alemán. «Tengo un mensaje para vosotros, ¡seguid sufriendo!», proclama la presentadora.
Beyoncé ha estrenado esta semana su anuncio de Levi’s, convirtiéndose en el contrapunto cultural y fomentando la polémica
Trump no ha podido resistirse a entrar en una polémica que está haciendo las delicias de la ultraderecha y dispara audiencias, especialmente desde que le dijeron que la protagonista de ‘Euphoria’ es republicana y la izquierda la está boicoteando. «Sidney Sweeney, registrada como republicana, tiene el anuncio MÁS SEXY del momento. Es para American Eagle, y los vaqueros están volando de las estanterías. ¡A por ellos, Sydney!», publicó en Truth Social.
«La clásica belleza americana»
La actriz, conocida por sus papeles sensuales es, según el vicepresidente J.D. Vance, al que Trump ya considera su sucesor más probable, «la clásica belleza americana». Otro presentador de Fox, Jesse Watters, fantasea con que se case con Barron Trump. Por si fuera poco, Beyoncé ha estrenado esta semana su anuncio de Levi’s, convirtiéndose en el contrapunto cultural y fomentando sin querer la polémica. «¡Ah, así que Beyoncé puede posar en vaqueros sensuales, pero si lo hace una mujer blanca está mal, ¿no?», decía en las redes sociales la comentarista médica de Fox Nicole Saphier.
Por supuesto, todo está sacado de madre. American Eagle ha retirado el anuncio después de asegurar que siempre se trató de lo bien que le quedan a la actriz sus vaqueros. En realidad, ya no le hace falta, porque gracias a la polémica sus acciones han subido un 11%, convirtiéndolo, sin necesidad de tener que pagar por tiempo aire, en el anuncio de más éxito de su historia. «Hablan, luego cabalgamos, Sancho», hubiera dicho Don Quijote al hombre de Marlboro, encendiéndose otro cigarrillo mientras arde la polémica.
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