Aunque se acumulan nubarrones en el horizonte, la tormenta no termina de descargar. China ha arrancado 2025 con más solidez de la esperada: su PIB aumentó un 5,4% anualizado en el primer trimestre, según reveló este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El dato se encuentra por encima de numerosas previsiones, que anticipaban un incremento del 5,1%. La cifra anunciada este miércoles coincide con la expansión registrada en los últimos tres meses de 2024, y coloca al gigante asiático en una posición favorable para lograr su objetivo oficial de crecimiento para el conjunto del año, fijado “en torno al 5%”.
Pekín nombra a un nuevo negociador comercial en plena guerra arancelaria con Washington
Aunque se acumulan nubarrones en el horizonte, la tormenta no termina de descargar. China ha arrancado 2025 con más solidez de la esperada: su PIB aumentó un 5,4% anualizado en el primer trimestre, según reveló este miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). El dato se encuentra por encima de numerosas previsiones, que anticipaban un incremento del 5,1%. La cifra anunciada este miércoles coincide con la expansión registrada en los últimos tres meses de 2024, y coloca al gigante asiático en una posición favorable para lograr su objetivo oficial de crecimiento para el conjunto del año, fijado “en torno al 5%”.
La economía china creció entre enero y abril un 1,2% más respecto al trimestre anterior. Aunque el buen desempeño de la segunda mayor economía del mundo ofrece cierto margen de maniobra a las autoridades chinas, se espera que el recrudecimiento de la guerra comercial con Estados Unidos comience a dejar una huella más profunda en los próximos trimestres, que incluso alimenta el temor a un frenazo global.
“La economía nacional ha mostrado un buen comienzo y mantuvo una tendencia de recuperación positiva”, subrayó Shen Laiyun, subdirector de la ONE, durante la rueda de prensa en la que se revelaron los datos del PIB. No obstante, también reconoció “que el entorno externo se ha vuelto más complejo y severo”. Además, la tasa de desempleo urbano –que se situó en el 5,3% en el primer trimestre– y las presiones deflacionarias mantienen viva la preocupación de los legisladores chinos. “La demanda interna carece del impulso suficiente y los cimientos de la recuperación económica aún deben consolidarse”, señaló Shen.
El crecimiento del primer trimestre se sustentó en un repunte de la actividad manufacturera y del consumo. La producción industrial aumentó un 6,5% interanual en el conjunto de los tres primeros meses del año, apuntalada por una oleada de pedidos adelantados desde el extranjero para esquivar la entrada en vigor de nuevos gravámenes, y se expandió hasta el 7,7% interanual en marzo.
El lunes, se dio a conocer el dato de las exportaciones chinas, que crecieron un 6,9% interanual en el primer trimestre, y se dispararon en marzo un 13,5% con respecto al año anterior. No obstante, la escalada arancelaria ha sembrado dudas sobre si estas ventas podrían revertirse bruscamente en los próximos meses, y ha reforzado el giro de Pekín hacia la demanda interna como motor de crecimiento.
Los choques comerciales con Estados Unidos se han recrudecido desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. China es, además, la única nación contra la que el presidente estadounidense mantiene prácticamente inalterada su ofensiva arancelaria a gran escala. Washington ha elevado hasta el 145% los gravámenes que pesan sobre la mayoría de los productos chinos —está a la espera de confirmar el arancel específico para los productos tecnológicos—, mientras que Pekín ha respondido a todos los golpes con subidas similares, llevando la tasa efectiva hasta el 125%.
En un movimiento significativo en plena escalada arancelaria, China ha nombrado también hoy a un nuevo representante internacional en el Ministerio de Comercio. Li Chenggang sustituirá en el puesto a Wang Shouwen, quien participó en las conversaciones que llevaron a firmar un pacto comercial en 2020 con Estados Unidos. La designación de Li, un veterano negociador de 58 años con formación en Derecho y Economía, se interpreta como un intento de desbloquear el diálogo con Washington. Su conocimiento de los entresijos de la Organización Mundial del Comercio –donde ha sido embajador desde 2021– y sus vínculos con otros actores clave podrían aportar un impulso renovado a las negociaciones, consideran varios analistas citados por el rotativo hongkonés South China Morning Post. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró en la víspera que “la pelota está en el tejado de China: ellos tienen que llegar a un acuerdo con nosotros, no al revés”.
Para compensar el previsible frenazo del comercio exterior en los próximos meses, Pekín ha apostado por incentivar el consumo y reforzar el apoyo fiscal. El Gobierno ha prometido elevar el déficit y aumentar el gasto en infraestructuras, y recientemente publicó un plan de 30 puntos para estimular el desembolso de los hogares. La recuperación del consumo ha empezado a dar señales: las ventas minoristas, un termómetro clave de la demanda interna, subieron un 4,6% interanual en el primer trimestre, con una aceleración de hasta el 5,9% interanual en el mes de marzo.
Pero como ya ocurrió en 2024, el sector inmobiliario continúa siendo un lastre para el crecimiento, con un mercado que sigue sin mostrar signos de recuperación. La inversión en este ámbito cayó un 9,9% interanual en el primer trimestre, una contracción un poco más profunda que la del 9,8% interanual registrada en el mismo período del año anterior. Además, la ONE también ha informado de que los precios de la vivienda de nueva construcción permanecieron estancados en el mes de marzo.
La pérdida de confianza en el sector de bienes raíces, que durante años fue uno de los pilares del crecimiento de la economía china, se ha visto mínimamente compensada por la inversión en activos fijos, que creció un 4,2% en el conjunto de enero a marzo. Es apenas una décima más que en los dos primeros meses del año. Por su parte, la inversión privada, un indicador clave del nivel de seguridad de los empresarios, avanzó un modesto 0,4% en el primer trimestre.
Xu Tianchen, economista sénior de The Economist Intelligence Unit, valora el aumento del 5,4% del PIB como “un muy buen comienzo” para el año, pero advierte que, como ha ocurrido en ejercicios anteriores, “el segundo trimestre podría decepcionar si no hay una respuesta política contundente y oportuna”, recoge la agencia Reuters. Pekín asegura que dispone de margen suficiente para actuar. El primer ministro, Li Qiang, prometió este mes nuevas medidas de estímulo y se espera que el Politburó, el principal órgano de decisión del Partido Comunista, celebre una reunión antes de que termine abril para definir la agenda económica de los próximos meses.
La semana pasada, el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs revisó a la baja su predicción del crecimiento de la economía china para 2025, del 4,5% al 4%. También recortó su pronóstico para 2026, del 4% al 3,5%. “El aumento de aranceles a las mercancías chinas tendrá un peso significativo sobre la economía y el mercado laboral chinos”, declararon los analistas en una nota informativa. Ayer lo hacía el banco suizo UBS, del 4% al 3,4%, teniendo en cuenta un escenario en el que se mantengan las elevadísimas tarifas estadounidenses a la importación.
Economía en EL PAÍS