El magnate propicia una cita «histórica» que pone fin a un conflicto de casi cuatro décadas con miles de muertos y desplazados El magnate propicia una cita «histórica» que pone fin a un conflicto de casi cuatro décadas con miles de muertos y desplazados
Donald Trump está empeñado en pasar a la Historia por la resolución diplomática de algunos de los mayores conflictos que salpican el mundo y, de … paso, lograr el Nobel de la Paz. Sin embargo, en el medio año que lleva en el poder no ha conseguido poner fin a la guerra de Ucrania, que prometió acabar en 24 horas, y ha tenido que conformarse con solucionar contiendas de menor repercusión mediática. India y Pakistán pactaron un alto el fuego en mayo tras la mediación del magnate y la República Democrática de Congo y Ruanda sellaron un mes después la paz en Washington. Ayer convocó a Armenia y Azerbaiyán en la Casa Blanca para cerrar una herida abierta desde hace décadas.
El dirigente estadounidense presentó la cita como una «cumbre de paz histórica». «Estas dos naciones han estado en guerra durante muchos años, con el resultado de miles de muertes. Muchos líderes han intentado poner fin a ella, sin éxito, hasta ahora, gracias a Trump», presumió en su red, Truth Social, antes incluso de reunirse con el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, y el presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, que no esconden su enemistad histórica. Ambos estaban invitados a firmar primero, y por separado, sendos convenios de cooperación económica con Estados Unidos. El inquilino de la Casa Blanca no desaprovechó la oportunidad de hacer negocios con las dos exrepúblicas soviéticas consciente de que Rusia ejerce cada vez menos influencia sobre su conflicto territorial, especialmente desde la invasión de Ucrania.
El magnate perseguía prácticamente desde su investidura un acuerdo de paz entre Bakú y Ereván, con repetidas visitas de funcionarios estadounidenses a ambos territorios para acercar posiciones en cuestiones tan espinosas como la demarcación de las fronteras compartidas o la región de Nagorno-Karabaj, el principal punto de tensión que ha desatado hasta cuatro guerras (1988, 1994, 2020 y 2023) entre estos países.
El pacto pretende sentar las bases para la normalización de las relaciones entre las dos exrepúblicas soviéticas y contempla beneficios también para EE UU, como los derechos exclusivos para el desarrollo de un corredor de tránsito estratégico a través del Cáucaso sur bautizado como ‘Ruta Trump para la paz y la prosperidad internacional’. Toda una declaración de intenciones.
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