Anda risueña Alba Torrens. La excitación del momento. El baloncesto, en su caso, siempre conduce al mismo sitio: a la Final 4 (ahora Final 6) de la Euroliga. La alero mallorquina tiene seis títulos de campeona y este viernes (20.30), en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, afronta su novena fase final ante el temible Çukurova turco, que llega reforzado desde su derrota frente a las de Rubén Burgos en el play in. Solo hay otra jugadora con seis Euroligas y va por la otra parte del cuadro: la belga Emma Meesseman, que intentará superar a la española aliada con el gran favorito al título: el Fenerbahce, campeón de las dos últimas ediciones, que se enfrentará en la primera semifinal (17.30) al USK Praha de la canaria Maite Cazorla. Aunque muy por encima de ambas está Uliana Semenova, que ganó 11 títulos de la Copa de Europa, entre 1967 y 1981, con el Daugawa de Riga.
La alero mallorquina charla sobre su carrera y su evolución como jugadora antes de medirse este viernes al Çukurova turco en las semifinales de la Euroliga
Anda risueña Alba Torrens. La excitación del momento. El baloncesto, en su caso, siempre conduce al mismo sitio: a la Final 4 (ahora Final 6) de la Euroliga. La alero mallorquina tiene seis títulos de campeona y este viernes (20.30), en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza, afronta su novena fase final ante el temible Çukurova turco, que llega reforzado desde su derrota frente a las de Rubén Burgos en el play in. Solo hay otra jugadora con seis Euroligas y va por la otra parte del cuadro: la belga Emma Meesseman, que intentará superar a la española aliada con el gran favorito al título: el Fenerbahce, campeón de las dos últimas ediciones, que se enfrentará en la primera semifinal (17.30) al USK Praha de la canaria Maite Cazorla. Aunque muy por encima de ambas está Uliana Semenova, que ganó 11 títulos de la Copa de Europa, entre 1967 y 1981, con el Daugawa de Riga.
El play in permitió al Valencia Basket saltar directamente a las semifinales. Aquel triunfo se cimentó en la Fonteta, donde el equipo taronja venció por 32 puntos (89-57). En la vuelta, en Mersin (Turquía), pasó por momentos de apuro, pero logró imponer la ventaja de la ida. Desde entonces, este equipo multimillonario turco, como el Fenerbahce, liberó a dos jugadoras otomanas para incorporar a dos estrellas más: Iliana Rupert y Karlie Samuelson. Dos grandes jugadoras que se suman a una constelación donde ya brillaban Natasha Howard, Yvonne Anderson, Bridget Carleton o Marine Johannes. El Valencia, en cambio, llega sin Queralt Casas ni la letona Kristine Vitola. Además, la ucrania Alina Iagupova se reincorporó a la plantilla el miércoles después de varios días de desconexión por “graves problemas personales”, según el club.
A Torrens, una mallorquina de 35 años con un palmarés desorbitante, ya hace tiempo que dejaron de deslumbrarle los nombres de todas estas estrellas. Ella se esfuerza por vivir el presente y este pasa por un momento histórico para su club, el Valencia Basket, que debuta en una Final 6 en su tercera participación en la Euroliga, una competición con cuatro campeones españoles: Dorna Godella, Pool Getafe (heredero del primero), Ros Casares y Perfumerías Avenida. La alero española se sienta, se baja las rodilleras y sonríe. Lleva una zapatilla de cada color. Cosas de las marcas. Se le nota feliz porque la adrenalina va subiendo. Aunque la primera pregunta, la más sencilla, la deja descolocada. Abre mucho los ojos y se queda cinco segundos en silencio.
Pregunta. ¿Cómo está?
Respuesta. Han sido días de muchas emociones. Al final es difícil quitarte la imagen de lo que pasó el viernes (su compañera Queralt Casas se fracturó el cúbito y el radio del brazo izquierdo). Se te encoge el corazón cuando una compañera se hace daño y es verdad que entonces ves cuáles son las prioridades, ¿no? Han sido muchas emociones y, como decía, con el dolor de ver lo que le había pasado a Queralt. Pero también estamos contentas de saber que la operación ha ido bien —la gerundense ha viajado con la plantilla— y que ha dado ese primer paso para la recuperación, y, a la vez, hemos estado trabajando y preparándonos, con la mente puesta en ese partido histórico para este equipo.
P. ¿Es su última Euroliga?
R. No lo sé (ríe). Voy a ver qué me dice la vida. Voy día a día. Me encuentro bien físicamente y me encuentro bien emocionalmente; aún mantengo la ilusión. Me encanta jugar y me encanta también ver el proceso de cómo he ido viviendo las diferentes etapas. Ahora mismo no me planteo más allá.
P. Esto es el sueño de una vida para muchísimas jugadoras, pero para usted casi que es un día más en la oficina.
R. No. Sigue siendo especial. A veces me preguntan por el hecho de haber tenido la gran suerte de haber estado en grandes equipos y también en una gran selección. Y he tenido la suerte de poder disfrutar de muchos títulos, pero veo que no voy al pasado, y que cada momento ha sido el más importante y el más especial porque es el que he estado viviendo. Y ahora eso no cambia: no vivo del pasado, ni de lo que he hecho, sino que la vida mira para adelante y para mí este momento es diferente a todos los demás. Cada uno ha sido especial y este también lo es porque es un momento histórico para el club. Siento agradecimiento e ilusión de poder estar viviéndolo.
P. Tenía 21 en su primera Final 4, ¿cómo la vivió?
R. Fue en Ekaterimburgo (Rusia), donde después, casualidades de la vida, pasé ocho años de mi vida. Aquella primera Final 4 fue mágica porque no éramos el equipo favorito. Sí que veníamos de hacer una gran temporada con el Perfumerías Avenida, con buena dinámica de equipo, pero conseguir el título de Euroliga y, en mi caso, conseguirlo tan joven y en mi primera participación, la verdad es que rozó la magia. Podría decir que esa fue la más especial, pero en realidad lo fueron todas, porque todas han tenido algo y no me quedo con ninguna.
P. Ha ganado seis Euroligas, está empatada con Meesseman. ¿Le hace ilusión ganar la séptima?
R. No podría decir que la palabra que lo define es ilusión por ser la que más títulos tiene. Mi planteamiento sería más bien de mirar todo lo que he logrado y decir wow, y dar gracias, y pensar qué suerte he tenido de haber podido vivir todo esto, ¿no? La adrenalina del ganar y de ver en cada título que no ha sido el momento de ganar, sino que en ese momento lo que has valorado, lo que te ha llenado, ha sido el camino hasta llegar a ello. Me siento muy afortunada. No tanto por el número, aunque está claro que también, porque somos profesionales y en el mundo profesional los resultados también cuentan, pero más por todo lo que hay detrás de estos seis títulos. Y si me dices ilusión de contar siete, no lo sé, pero ilusión por ganar otro, sí. Siempre he competido contra mí misma. Esto me ha llevado a donde estoy. Aunque es un peligro porque contra una misma no hay fin. Pero es lo que me ha movido. Y también, por momentos, lo que me ha frenado más.
P. Lleva tatuado un infinito. ¿Qué significa?
R. Solo tengo dos tatuajes. Este me lo hice con mis mejores amigos. Éramos jóvenes, dejémoslo ahí. Seguimos siendo amigos, pero creo que lo seguiríamos siendo también sin tatuaje. Y luego tengo otro en el tobillo, un Here and now, aquí y ahora. Es bastante mi lema y me lo intento recordar, aunque es difícil. Intento estar cada vez más presente y no saltarme ningún momento, aunque no siempre lo consigo.
P. A lo largo de su vida, ¿se ha ido quitando manías o ha ido añadiendo?
R. La verdad es que no tengo manías. No he tenido manías porque hay que estar abierta a lo que pueda pasar en cada momento.
P. Y en la mochila que se lleva al pabellón, por ejemplo, ¿no mete nada más allá de lo imprescindible para jugar el partido?
R. No, la verdad es que no. Meto un plátano para la media parte.
P. ¡Qué poco épico!
R. Sé que no da para un titular: llevo un plátano. Pero es lo que mejor me funciona.
P. Sigue siendo muy buena sin la necesidad, como entonces, cuando arrasaba, de meter veintipico puntos y ser la protagonista. Ahora usted y su entrenador quieren otras cosas, ¿no?
R. Diría que he mejorado en asumir los roles que me tocan en cada momento. Y veo que cuando era joven solo asumía uno. Eso me costaba más verlo y asumirlo. Esto forma parte de la evolución, de esta pequeña vida dentro de la vida que es el deporte. Ahora estoy más desapegada a una etiqueta que a lo mejor te ponen y tú te crees, o que te pones tú misma.
P. ¿Cómo ve el presente del baloncesto español? Tres equipos en la Euroliga, un cuarto que lidera la Liga, un quinto que gana la Copa, un sexto que llega a la final de la Eurocup… No sé si recuerda un año así en España.
R. Cuando jugué aquí al principio, había muy buen nivel y había muchas extranjeras jugando en la Liga. Yo siempre digo que tuve mucha suerte, a mis 17 años, de poder estar en una Liga tan competitiva porque me hizo crecer, tanto en mis tres años en el Celta, como después en el Perfumerías Avenida. Luego la vi de lejos y vi que se mantenía, y después que iba subiendo tanto por el nivel de las jugadoras como por el trabajo de los clubes. Ahora mismo se ha demostrado que hay una gran competitividad. El Jairis tuvo mucho mérito en la Copa y se llevó un título totalmente merecido. Y el nombre de muchos equipos que están sonando en Europa, como el Baxi Ferrol, que ha hecho una temporada espectacular. Creo que hay que darle muchísimo valor a este segundo puesto porque es muy difícil llegar aquí. La Liga española está a un nivel altísimo y es trabajo de todos: clubes, jugadoras y la FEB.
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