Ya en su luminoso despacho de Sabin Etxea, la sede central del PNV en Bilbao, Aitor Esteban vive con la aceleración propia de los numerosos compromisos de quien acaba de asumir la presidencia del partido. Esteban (Bilbao, 62 años) mantendrá la línea política de su antecesor, Andoni Ortuzar, de quien ensalza su “brillante trayectoria” que llevó el PNV “a las mayores cotas de poder institucional de su historia”. Pero promete cambios internos en una organización que aún se rige por estatutos de hace casi un siglo. También seguirá siendo el interlocutor del Gobierno en Madrid, tras la calurosa despedida que le tributó el Congreso de los Diputados. “No lo esperaba, fue muy emocionante”, confiesa. “He intentado hacer política desde mis planteamientos, mantener un lenguaje correcto y no pasar la raya de la injuria personal”.
“Nuestro país es Euskadi, pero nunca vamos a hacer política para perjudicar la vida de los demás”, afirma el presidente del PNV
Ya en su luminoso despacho de Sabin Etxea, la sede central del PNV en Bilbao, Aitor Esteban vive con la aceleración propia de los numerosos compromisos de quien acaba de asumir la presidencia del partido. Esteban (Bilbao, 62 años) mantendrá la línea política de su antecesor, Andoni Ortuzar, de quien ensalza su “brillante trayectoria” que llevó el PNV “a las mayores cotas de poder institucional de su historia”. Pero promete cambios internos en una organización que aún se rige por estatutos de hace casi un siglo. También seguirá siendo el interlocutor del Gobierno en Madrid, tras la calurosa despedida que le tributó el Congreso de los Diputados. “No lo esperaba, fue muy emocionante”, confiesa. “He intentado hacer política desde mis planteamientos, mantener un lenguaje correcto y no pasar la raya de la injuria personal”.
Pregunta. Se ha hablado mucho de su estilo, como si la gente echase de menos eso en la política.
Respuesta. Yo siempre me he fijado en mis antecesores en el partido. Han tenido un estilo y creo que eso nos marca. A veces me dan ganas de decir otras cosas, lo confieso, pero cuando estoy en la tribuna sé que no sería yo, porque soy la imagen y la representación del PNV en ese momento. Me han elegido mis electores y tengo que representarles dignamente. Además, para defender lo que crees no hace falta entrar en el insulto personal. Es más, puede dificultar los pactos a futuro, y la política son pactos.
P. La fragmentación política no le ha venido mal al PNV, le ha dado más protagonismo.
R. No todo el monte es orégano. A veces, la fragmentación impide llegar a acuerdos más profundos. Nosotros, en los momentos en los que había que poner un poquito de sentido común, ahí hemos estado. Aquí se habla mucho de sentido de Estado y, dejando claro que nosotros somos lo que somos y que para el PNV nuestro país es Euskadi, lo que nunca vamos a hacer es política para perjudicar la vida de los demás. Poner en riesgo el Estado, así porque sí, tampoco tiene mucho sentido. A veces, algunos acuerdos que podrían haberse logrado entre los grandes partidos hasta nos podrían haber venido bien si nosotros participamos de ellos. No es cierto ese mantra de que al PNV le conviene que haya mucha división en el hemiciclo. Nos adaptamos a las circunstancias, pero esta no es una situación magnífica y agradable.

P. Los elogios a su capacidad negociadora también parecen denotar que se echa en falta entre los grandes partidos.
R. En la política española se piensa que tus electores no van a entender que hagas un acuerdo con otro grupo político a no ser que sea muy próximo ideológicamente. Si no, parece que va a chirriar, porque sigue existiendo eso de las dos Españas que impiden traspasar determinadas líneas. Nosotros tenemos capacidad para pactar con la derecha y con la izquierda. Eso te da más posibilidad para avanzar en tu programa. En política se infantiliza un poquito a los ciudadanos. Yo los trato como maduros.
P. Y ahora como presidente del PNV, ¿va a llevar una línea continuista?
R. Si por continuista entendemos la defensa de los principios del partido y hacia dónde tenemos que avanzar, no habrá ninguna diferencia. Tenemos una forma de hacer de la que hemos aprendido todos, aunque cada uno con nuestra personalidad. Vamos a renovar unos estatutos que son de 1933 y voy a intentar que el partido sea más ágil. Tenemos muchas cosas que adaptar.
P. ¿En Euskadi cabe la posibilidad de acuerdos entre el PNV y la otra gran familia nacionalista?
R. Primero vamos a hablar. Tampoco vamos a pensar que los demás quieren pactar con nosotros en todo momento y en todo lugar. Ahora tenemos un mandato de las urnas, una responsabilidad institucional que nos obliga a gobernar bien.
P. El líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, le ha reclamado más audacia para avanzar en el autogobierno.
R. ¿Alguien cree que yo voy a dejar pasar cualquier oportunidad? Cuando ahora se pide audacia, me vienen a la mente estos últimos años. Ellos han venido a nuestra política y han intentado fulminar políticamente al PNV. Han criticado las instituciones y hablaban del Gobierno vascongadillo… Ahora resulta que nos falta audacia. Pues gracias a la audacia y el liderazgo del PNV, con la colaboración de otros partidos, se ha conseguido consolidar unas instituciones y se ha ganado en autogobierno. ¿ Y qué ha conseguido Bildu? A mí me gusta ser audaz, pero hay que saber cuándo serlo. Vamos a seguir ahondando en nuestro acuerdo con el presidente del Gobierno español donde se recogía el reconocimiento nacional de Euskadi y una modificación del estatus político. No voy a renunciar a eso. Por ahora va bien para conseguir un acuerdo amplio en Euskadi y luego vendrán las dificultades de Madrid. Hay que saber cómo está el patio allí: las mayorías son muy complicadas, hay que tener en cuenta las decisiones de los tribunales, el PP tiene mayoría absoluta en el Senado y ha presentado proposiciones para que no se complete el Estatuto de Gernika… Yo espero que antes de fin de año la parte vasca esté resuelta con un acuerdo amplio.
P. ¿La consecución de un nuevo estatus político va a ser una prioridad?
R. Tengo muchas prioridades, pero no quiero obsesionarme con ninguna. No vayamos a centrarnos en la cáscara y olvidemos que la nuez está dentro. El compromiso de Andoni Ortuzar de avanzar en el autogobierno lo recojo de mil amores, porque también he estado ahí. Pero si pensamos que el autogobierno, el país, es solo marco, estaremos equivocándonos. Desde una visión nacionalista, somos un país dividido administrativa y políticamente, incluso social e ideológicamente. Tenemos que hacer más país, generar sinergias. Y tenemos un idioma que en la globalización actual debemos mantener vivo para reconocernos como pueblo. Un país no es un nombre, un territorio y unas instituciones, son unos principios, unos valores en los que todos nos sentimos reconocidos por encima de nuestras diferencias.
P. ¿Le preocupa la tendencia a la baja del PNV frente a la mejora de EH Bildu?
R. Yo he perdido aquí unas elecciones siendo el candidato contra Podemos [en las generales de 2016]. ¿Dónde está Pablo [Iglesias] ahora? ¿Y dónde está el PNV? También nos ha ganado el PSOE, o Bildu en su momento. Este es un partido largo.
P. Se ha criticado que hubo poca participación en el proceso de renovación del PNV.
R. Le aseguro que fue bastante superior a la que tuvo ERC. En nuestro caso votó mucha más gente. Es verdad que fue menor del 50%, pero fue más gente que en los procesos que hemos visto de otros partidos políticos.
P. ¿Tienen peligro de desconexión generacional?
R. Tenemos mucha cantera y gente joven en puestos importantes. No tengo ese miedo. Tenemos 130 años y aquí estamos, bastante saludables y con gente joven.
P. ¿Debe presentar Presupuestos Pedro Sánchez?
R. Debería, sinceramente. Es cierto que la predisposición absoluta a negociar que tenemos nosotros no es la misma de otros. Todos deberíamos ser responsables y darle unos Presupuestos al Gobierno. Tenemos que hacer ese esfuerzo. En plena incertidumbre por los aranceles de Estados Unidos, ponernos en un proceso electoral no sería bueno para el país. El sentido de Estado se mide también en esto. Un partido no puede estar pensando continuamente en las siguientes elecciones. Les pediría a los que apoyamos la investidura [de Sánchez] que tengamos en cuenta esas cosas. También se lo digo al PP y a Feijóo..
P. ¿Los puentes con el PP están rotos?
R. No, nunca lo han estado, otra cosa es que ha habido momentos de tensión. Si te dicen que no hay que cumplir el Estatuto de Gernika o cambiar la ley de Deporte para cargarse las selecciones de pelota vasca… Ya está bien, un poquito de respeto.
P. Con el equipo de Feijóo las cosas parecen complicadas.
R. Feijóo pensó que a él le bastaban los votos del PNV para ser presidente. Pero, claro, le hacían falta los de Vox. Nosotros ya lo dijimos en campaña electoral y se lo dijimos a ellos: “Mira, aunque me des la independencia…” (risas) Por principios no íbamos a hacer algo con Vox. Él no lo entendió y se lo tomó a mal. Nos hicieron ofertas muy interesantes y nos hubiese gustado aceptarlas, pero no podíamos. Este es un partido que tiene 130 años de historia y unos principios.
P. La derecha española se ha cerrado a cualquier demanda de revisión del modelo territorial. ¿Es posible cambiar eso?
R. Si el PP está en el Gobierno sin Vox y necesita la ayuda de catalanes o vascos, seguramente la actitud sería diferente. El ideal sería que los dos grandes partidos fuesen conscientes de que hay un problema nacional en Cataluña y en Euskadi y le tienen que dar una respuesta. Y hagan pedagogía entre la población española y participen en un acuerdo conjunto. ¿Lo veo posible? Pues no. Si el PP necesita a los nacionalistas y nosotros hacemos unos planteamientos que respondan a las necesidades de esta población, sabiendo en qué zapatos está la otra parte, quizás el PP podría moverse. Ahí me gustaría que el PSOE no jugara a la típica política española de ‘si yo no estoy, me lo cargo todo’. El PP sí que lo hace siempre, pero del PSOE espero un poquito más.
P. ¿Por qué esa resistencia a cambiar la ley de secretos oficiales que usted reclama desde hace años? ¿La lucha contra ETA, el 23-F…?
R. Creo que hay muchos miedos, porque ni siquiera saben lo que hay ahí. Estoy convencido de que muchos papeles fueron quemados. Esto en cualquier país con estándares democráticos estaría desclasificado ya. Yo no ando buscando algo concreto, exijo una ley estándar, democrática. Es impresentable lo que está sucediendo. Cuando pido una documentación… todo es secreto. Hay muchos miedos y me imagino que presiones de otros ámbitos.
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