Los militares podrán realizar operaciones contra organizaciones denominadas terroristas en lo que supone un recrudecimiento de la lucha contra el narco Los militares podrán realizar operaciones contra organizaciones denominadas terroristas en lo que supone un recrudecimiento de la lucha contra el narco
Los estragos que las drogas provocan en Estados Unidos son una de las grandes preocupaciones de su presidente, Donald Trump, desde que alcanzó la presidencia … por segunda vez. No en vano, en su primer discurso en el Congreso, afirmó que «los cárteles han declarado la guerra a América, y es hora de que América les declare la guerra a los cárteles». Y todo apunta a que ya se ha puesto manos a la obra.
En un inicio, trató de ponerles coto con los primeros aranceles que impuso a México y Canadá, a los que acusa de no hacer lo suficiente para evitar que los estupefacientes, sobre todo el fentanilo, cruce la frontera de la superpotencia americana. Pero no ha funcionado, y ahora Trump ha decidido dar un paso más: según ha avanzado este viernes el diario ‘The New York Times’, el republicano ha firmado en secreto una directiva que permite a las Fuerzas Armadas lanzar ataques contra los cárteles latinoamericanos denominados organizaciones terroristas. Entre ellos hay varios mexicanos -Sinaloa, Jalisco o la Familia Michoacana-, pero también de otros países, como el venezolano Tren de Aragua o Mara Salvatrucha.
Aunque la autorización supone un salto cualitativo en la guerra de Estados Unidos contra el narcotráfico, no es la primera vez que Trump deja caer la idea: en abril ya propuso utilizar drones en operaciones bélicas contra los cárteles. En aquel momento, la cadena NBC informó de que Washington había incrementado notablemente los vuelos de reconocimiento del territorio ocupado por los traficantes y que había contactado con el gobierno mexicano para cooperar en esos ataques con aeronaves no tripuladas. No obstante, el propio Trump reconoció que la presidenta Claudia Sheinbaum había rechazado la oferta, ya que la considera una violación de su soberanía. «Si México quisiera ayuda con los cárteles, sería para mí un honor ir y hacerlo», sentenció el exmagnate.
Riesgos y réditos
Ahora, sin embargo, la directiva permitiría llevar a cabo todo tipo de operaciones, tanto en el mar como en territorio extranjero. Según el rotativo neoyorquino, los militares ya están diseñando planes para ofrecer diferentes alternativas al presidente. La duda está en dónde hay que poner los límites, ya que cualquier muerte podría ser considerada un asesinato si la víctima en territorio foráneo no presentaba ninguna amenaza. De momento, como no se trata de un documento público, ningún organismo legal se ha pronunciado al respecto.
«Según la retórica de la administración Trump, el objetivo principal de cualquier operación directa contra los cárteles no sería reducir los niveles de violencia en México, sino reducir su impacto en Estados Unidos: es decir, las drogas ilegales y los migrantes que fluyen a través de su frontera sur», argumenta Caroline Hammer, analista de seguridad global de Startfor, quien no descarta que Trump decida llevar a cabo operaciones en México sin el beneplácito de su gobierno, «lo cual podría dañar las relaciones bilaterales».
Además, Hammer señala que este tipo de ataques obligaría a destinar recursos importantes: «Esto contradice directamente la promesa de campaña de Trump de reducir la participación en conflictos globales y en ayuda exterior, así como los esfuerzos de su administración para reducir el gasto gubernamental general». No obstante, también le podría reportar réditos políticos sustanciosos si con la fuerza logra reducir el volumen de droga y de inmigrantes que llegan a Estados Unidos. «La realidad es que el factor más importante de este desafío son las condiciones internas de Estados Unidos», concluye la analista.
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