Un 25-N dividido en medio de una ola de historias anónimas sobre violencia sexual

Manifestación en Sevilla por el 25-N, este lunes.

No hace ni 48 horas que Alberto, en Estepa (Sevilla), asesinó a su mujer, a tiros. Se llamaba María, tenía 46 años y dos hijos, de 17 y 11. Ella será la víctima número 41 de la violencia machista este año y la 1.286 desde que se contabilizan, en 2003; sus hijos, los húerfanos 464 y 465 desde que hay registro, en 2013. Si existe un consenso dentro del feminismo, ese es el del objetivo más urgente, más importante: erradicar las violencias sobre las mujeres, todas, en todos sus grados y formas. Y, sin embargo, son otras cuestiones las que desde hace ya tres años dividen al movimiento. No tanto en la calle, pero sí en las organizaciones que lo estructuran, sobre todo en aquellas más cerca de las instituciones y el poder político. Y este 25-N varias ciudades reflejarán de nuevo esa fragmentación del feminismo. Será la quinta vez que suceda entre las dos fechas clave para el movimiento: ocurrió por primera vez el 8-M de 2022, se repitió en 2023, en el 25-N del pasado año, este último 8-M, y volverá a hacerlo hoy.

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 Este Día Internacional contra la Violencia Machista será el segundo que en Madrid, Sevilla, Valladolid y otras ciudades españolas el feminismo se separe en varias convocatorias para exigir el objetivo más importante del movimiento: el fin de la violencia contra las mujeres  

No hace ni 48 horas que Alberto, en Estepa (Sevilla), asesinó a su mujer, a tiros. Se llamaba María, tenía 46 años y dos hijos, de 17 y 11. Ella será la víctima número 41 de la violencia machista este año y la 1.286 desde que se contabilizan, en 2003; sus hijos, los húerfanos 464 y 465 desde que hay registro, en 2013. Si existe un consenso dentro del feminismo, ese es el del objetivo más urgente, más importante: erradicar las violencias sobre las mujeres, todas, en todos sus grados y formas. Y, sin embargo, son otras cuestiones las que desde hace ya tres años dividen al movimiento. No tanto en la calle, pero sí en las organizaciones que lo estructuran, sobre todo en aquellas más cerca de las instituciones y el poder político. Y este 25-N varias ciudades reflejarán de nuevo esa fragmentación del feminismo. Será la quinta vez que suceda entre las dos fechas clave para el movimiento: ocurrió por primera vez el 8-M de 2022, se repitió en 2023, en el 25-N del pasado año, este último 8-M, y volverá a hacerlo hoy.

Aun con la práctica totalidad de cifras de violencia conocida subiendo, aun en plena avalancha de denuncias por violencia sexual anónimas en redes, aun con miles de mujeres abriendo un hueco más en la ruptura del silencio, aun con un ascenso de la derecha y la ultraderecha en todo el mundo que amenaza los derechos de millones de ellas, se sigue produciendo este desgaje.

A grandes rasgos, es el de aquella parte más cercana a cómo ocupó Irene Montero la cartera de Igualdad, y el de aquella más cercana al PSOE, que hasta la llegada de Unidas Podemos había ostentado en exclusiva la representación institucional del feminismo. ¿Los motivos de la grieta que no parece tener cierre? Ya menos encendidos, pero latentes, comenzaron por la división frente a la incorporación de la llamada agenda queer (las demandas de las identidades de género minoritarias) a la oficial, la del Ministerio de Igualdad de Montero. Eso, que se concretó en la libre autodeterminación de género incluida en la llamada ley trans, y a pesar de que esa misma cuestión estaba entre los compromisos socialistas, provocó ya no un debate, sino un cisma irreparable.

La cosa continuó por las distintas posiciones frente a la prostitución ―abolicionistas y regulacionistas—, y las consecuencias de la Ley de Libertad Sexual —las rebajas de penas y excarcelaciones a reos de delitos sexuales— encendieron aún más el clima. Debajo había otra cosa, la incomodidad de parte del socialismo por la entrada de Montero como ministra de Igualdad con el primer gobierno de coalición de la democracia, que se convirtió durante todo el tiempo que duró la cartera en un choque constante que llegó incluso a hacer peligrar la propia coalición.

Montero salió el pasado año y la socialista Ana Redondo dirige desde entonces el ministerio. Ya no hay tensión política, pero dejó el poso en asociaciones y organizaciones. Varias ciudades como Valladolid, Barcelona o Sevilla tendrán así dos marchas de nuevo este año. Y en Madrid, que es donde de alguna forma se mide el latido más oficial del movimiento, será especialmente visible por hacerlo en dos recorridos prácticamente contiguos y a la misma hora. Una, la del Foro de Madrid Contra la Violencia a las Mujeres y el Movimiento Feminista de Madrid, y otra, la de la Comisión 8M.

Históricamente, el Foro es la organización que en la capital ha convocado la manifestación, lo lleva haciendo desde 1997; y fue la convocatoria a la que el año pasado acudió Redondo. Por otro lado, la plataforma de asambleas de barrios y pueblos que están bajo el paraguas de la Comisión 8M desplegaba acciones y marchas por este día de forma autónoma; llevaban, hasta 2023, cuatro años haciéndolo de manera coordinada, es decir, que cada asamblea convocaba en su barrio, pero con un cartel, un lema y un manifiesto común. Desde el pasado año se unen a la convocatoria de la Comisión, que fue la que eligió el equipo de Igualdad saliente en el 25-N de 2023.

El Foro organiza la marcha que saldrá a las 19.00 desde Cibeles y llegará hasta Plaza de España. El lema: Combatir el sexismo para erradicar la violencia contra las mujeres. “Señalar la correlación entre sexismo y violencia pone en primer plano la necesidad de combatir todas las formas de discriminación que abonan y son caldo de cultivo de las diferentes formas de violencia que condicionan o destruyen la vida de las mujeres y las niñas en cualquier lugar del planeta”, explicaban en la convocatoria hace unos días.

La segunda, la Comisión, es la convocante del recorrido que también comenzará a las 19.00, pero desde Atocha, con fin en la calle de Alcalá y con la consigna Juntas, el miedo cambia de bando. Desde la organización apuntaban la pasada semana que “pese a que en las últimas semanas se ha puesto el foco mediático en la violencia sexual, es importante una mirada integral que entienda que la estructura patriarcal va mucho más allá”. “Sus múltiples clases de violencias nos atraviesan en todos los ámbitos de nuestras vidas en forma de feminicidios, violencias vicarias, crímenes de odio contra la diversidad, violencia económica y un largo etcétera”, explicaban en su nota de prensa.

Violencia física, sexual, psicológica, económica, vicaria, obstétrica, también institucional. Violencias que atraviesan a millones de mujeres en todo el mundo, cada día, cifras que llegan también a diario desde organismos, instituciones y fuerzas y cuerpos de seguridad de países de todos los continentes, una realidad evidente y constatable que, sin embargo, no logra cerrar la brecha entre las distintas posturas del movimiento ni siquiera en el día marcado contra todas esas violencias.

El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.

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