Desde que llegó a La Moncloa en 2018, el mandato de Pedro Sánchez está repleto de crisis y sobresaltos. Pandemia, guerras, inflación desbocada, volcanes, danas. En todo momento, la respuesta del Gobierno de coalición ante todos estos desafíos ha tenido una constante que obedece a su ideología progresista: exprimir al máximo el poder del Estado, de la intervención pública, para minimizar el impacto de esas crisis sobre los ciudadanos, sobre los trabajadores, sobre las empresas. Y de nuevo, en un momento de máxima tensión mundial y europea por la guerra comercial que ha decidido desatar Donald Trump, que la noche de este miércoles anunció los impuestos a la importación más altos en un siglo con un recargo del 20% a los productos de la UE, La Moncloa opta por una respuesta similar a la de la pandemia: el Gobierno prepara ayudas millonarias para compensar a los sectores más afectados por las decisiones del nuevo inquilino de la Casa Blanca, que Sánchez rechaza abiertamente.
El presidente dará a conocer este jueves el plan del Gobierno, que pasa por lanzar ayudas millonarias para proteger a las empresas y los trabajadores afectados
Desde que llegó a La Moncloa en 2018, el mandato de Pedro Sánchez está repleto de crisis y sobresaltos. Pandemia, guerras, inflación desbocada, volcanes, danas. En todo momento, la respuesta del Gobierno de coalición ante todos estos desafíos ha tenido una constante que obedece a su ideología progresista: exprimir al máximo el poder del Estado, de la intervención pública, para minimizar el impacto de esas crisis sobre los ciudadanos, sobre los trabajadores, sobre las empresas. Y de nuevo, en un momento de máxima tensión mundial y europea por la guerra comercial que ha decidido desatar Donald Trump, que la noche de este miércoles anunció los impuestos a la importación más altos en un siglo con un recargo del 20% a los productos de la UE, La Moncloa opta por una respuesta similar a la de la pandemia: el Gobierno prepara ayudas millonarias para compensar a los sectores más afectados por las decisiones del nuevo inquilino de la Casa Blanca, que Sánchez rechaza abiertamente.
El Gobierno de coalición, con Sánchez y Yolanda Díaz al frente, ha preparado en los últimos días un escenario aún incierto, porque no se sabe qué medidas aplicará realmente Trump y sobre qué sectores, con una estrategia muy similar a la de la pandemia: los dos líderes convocaron este miércoles en La Moncloa a los cuatro grandes líderes de la patronal y los sindicatos para un primer análisis —durante los peores meses de 2020 las citas con ellos eran muy frecuentes para debatir medidas— y este jueves ha citado allí a un gran grupo de empresarios que representan a los sectores previsiblemente más afectados —agroalimentario, automóvil, acero—, aunque se podrían agregar otros a última hora en función de lo que anuncie Trump. Sánchez anunciará frente a estos empresarios en la sede de la Presidencia del Gobierno el paquete de medidas que está ultimando el Ejecutivo y que se sumarán a las que puedan llegar de Europa. El Gobierno prepara un mensaje potente del presidente para dar tranquilidad a los ciudadanos y demostrar que el Estado está para protegerlos en situaciones así y ejercerá al máximo su capacidad.
En público, el Gobierno mantiene una gran discreción porque está ultimando las medidas, que serán intensas según diversas fuentes, y porque aún no tiene claro qué aranceles va a poner EE UU y cómo afectarán a la industria española. “En la reunión se han tratado las posibles medidas arancelarias que podría tomar la administración estadounidense dentro de unas horas y las posibles respuestas tanto a nivel europeo como nacional. Hemos abordado la situación geopolítica y compartido la necesidad de una Unión Europea fuerte y unida que proteja a la industria, los trabajadores y las empresas”, se limitó a trasladar el Ejecutivo.
Pero en privado, distintas fuentes del Gobierno coinciden en que se está trabajado en una respuesta “estilo pandemia”, esto es: ayudas millonarias a sectores en diversas formas —desde créditos a medidas fiscales— y también posible oferta de ERTE para los que se vean especialmente afectados y necesiten reducir temporalmente su producción. Aunque no ha logrado aprobar los Presupuestos de 2025, y todo indica que no lo logrará, el Gobierno tiene cierto margen con las Cuentas prorrogadas aún en vigor y la recaudación fiscal, gracias al crecimiento sostenido de la economía, está teniendo un comportamiento muy positivo, por lo que en La Moncloa creen que se podrá hacer un fuerte despliegue de medidas.
Las represalias a los aranceles no corresponden a España, sino a la Comisión Europea, al tratarse de un mercado único, pero el Gobierno sí puede ayudar a los distintos sectores y eso es lo que harán Sánchez y Díaz. En la cita, además, Sánchez planteó la necesidad de buscar alternativas, abrir nuevos mercados, pensar en Mercosur o en China, un país que precisamente visitará de nuevo la semana que viene en este marco de guerra comercial planteada por Trump. Al Gobierno le preocupa especialmente que se mantenga la unidad europea y que no haya grietas en aliados políticos de Trump como la italiana Giorgia Meloni. En este contexto, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tuvo una conversación con su homólogo estadounidense, Marco Rubio, en la que hablaron sobre todo de los aranceles.
Desde el punto de vista político, en La Moncloa creen que de nuevo este escenario demostrará la validez de su apuesta ideológica de un Estado fuerte que puede reaccionar ante amenazas como esta ayudando a las empresas y los trabajadores afectados, en contraste, según su visión, con la apuesta liberal de tener un sector público cada vez más pequeño. Después de la reunión, el Gobierno tiene además claro que, como sucedió en la pandemia, la patronal se acercará mucho al Ejecutivo porque muchos sectores necesitarán su ayuda, algo que también cambia el escenario de enfrentamiento abierto que había en los últimos meses y que rompe la dinámica que plantea el PP de oposición frontal a todo, porque las medidas que plantee el Ejecutivo tendrán un gran apoyo frente a un enemigo exterior muy claro: Trump.
Sánchez está convencido de que, de nuevo, se vuelve a un momento de gran inquietud en España en el que tanto su perfil internacional como su imagen de presidente curtido en situaciones extremas puede reforzar su credibilidad. El escenario internacional, con Trump tomando medidas que van a perjudicar a distintos sectores de la economía española y que están llevando a toda la economía mundial a una situación límite, refuerza según la visión de La Moncloa el marco de discusión ideológica que Sánchez lleva planteando desde las elecciones de 2023, cuando hizo un llamamiento a los progresistas a movilizarse para que no llegaran al poder los aliados de Trump en España, Vox.
Mientras, el PP juega a dos bandas: por un lado, rechaza los aranceles de Trump, pero, por otro, reivindica sus acuerdos con Vox, que se van a extender a otras comunidades autónomas. Alberto Núñez Feijóo reaccionó al anuncio de Trump de la pasada noche asegurando que “los aranceles no harán más grande a nadie, sino más pequeños a todos” y que “España [debe] ayudar y acompañar a nuestros sectores con una estrategia de país única y coordinada” y, antes, pidió a Sánchez que contacte con los presidentes autonómicos para poner en marcha “un plan de contingencia” frente a los aranceles de Trump. El líder popular se mostró especialmente duro. “No es el día de la liberación, es el día de la preocupación. Si la Administración norteamericana rompe el tratado de libre comercio y empieza a poner aranceles, necesita una respuesta igual de contundente y proporcional, si persisten en atacar los productos europeos, tenemos que responder en la misma proporcionalidad (…) Es una decisión absolutamente equivocada”, dijo Feijóo en una entrevista en Antena 3. Pero a la vez, Feijóo defendió los pactos con Vox porque “la prioridad es dar Presupuestos a las comunidades autónomas”. El Gobierno cree que estos acuerdos atrapan a Feijóo con la ultraderecha en un momento precisamente en que se va a ver con más claridad que nunca los efectos negativos sobre la economía española y especialmente algunos sectores con mucho voto conservador de las medidas del gran aliado americano de Vox.
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