El Gobierno trata de dar cierta normalidad a la inédita sesión del lunes en la Comisión de Hacienda, en la que la mayoría estuvo al borde del colapso en varias ocasiones. Frente a las críticas de la oposición y la inquietud que trasladan sus socios, que temen que la votación sobre el paquete fiscal se acabe frustrando definitivamente el jueves en el pleno si no se cierra antes un acuerdo más sólido con todos, incluido Podemos, el Ejecutivo trata de convencer a la opinión pública de que habrá que acostumbrarse a este tipo de situaciones porque son fruto de la fragmentación política y cada vez serán más habituales. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa desde Río de Janeiro, donde participa en el G-20, minimizó el caos que se pudo ver en el Congreso el lunes en Madrid. “Bienvenidos a los Gobiernos de minoría parlamentaria”, ha resumido el jefe del Ejecutivo. “Llevamos seis años así, es la tónica en Europa. Por cierto, llevamos administrando España desde hace seis años y ahí están los resultados”, ha continuado Sánchez al destacar especialmente la reducción de la desigualdad.
El presidente defiende que “la debilidad es no poder articular mayorías parlamentarias y este Gobierno articula mayorías parlamentarias”
El Gobierno trata de dar cierta normalidad a la inédita sesión del lunes en la Comisión de Hacienda, en la que la mayoría estuvo al borde del colapso en varias ocasiones. Frente a las críticas de la oposición y la inquietud que trasladan sus socios, que temen que la votación sobre el paquete fiscal se acabe frustrando definitivamente el jueves en el pleno si no se cierra antes un acuerdo más sólido con todos, incluido Podemos, el Ejecutivo trata de convencer a la opinión pública de que habrá que acostumbrarse a este tipo de situaciones porque son fruto de la fragmentación política y cada vez serán más habituales. El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una rueda de prensa desde Río de Janeiro, donde participa en el G-20, minimizó el caos que se pudo ver en el Congreso el lunes en Madrid. “Bienvenidos a los Gobiernos de minoría parlamentaria”, ha resumido el jefe del Ejecutivo. “Llevamos seis años así, es la tónica en Europa. Por cierto, llevamos administrando España desde hace seis años y ahí están los resultados”, ha continuado Sánchez al destacar especialmente la reducción de la desigualdad.
Según ha reconocido el presidente, la situación es compleja, pero no afecta tanto a este debate sino a la rutina parlamentaria y ha afirmado que “si hay un Gobierno que la pueda administrar es este Gobierno de coalición progresista”. “Considero que la debilidad es no poder articular mayorías parlamentarias y este Gobierno articula mayorías parlamentarias”, ha resaltado. Sánchez ha recordado que hay votaciones que se ganan y otras que se pierden, algunas que salen de forma más sencilla y otras resultan más difíciles y complejas y en su opinión una reforma fiscal entra dentro de la lista de los asuntos más complejos.
El presidente ha hilado una defensa del Estado del bienestar y ha enfatizado que, además de recoger criterios de justicia fiscal, la aprobación de la reforma es necesaria y urgente para cumplir con Europa y seguir recibir fondos. Ha recordado asimismo que su Gobierno ha defendido siempre que las energéticas tengan un gravamen específico y que se pueda descarbonizar el tejido productivo, algo que ha considerado compatible. “Eso es lo que el Gobierno está defendiendo con los acuerdos que hemos alcanzado con unos y con otros. Y evidentemente, hasta el jueves tenemos muchas horas por delante para poder llegar a acuerdos con las formaciones parlamentarias y sacar adelante una reforma fiscal que creo que es muy necesaria para seguir fortaleciendo el Estado del bienestar”, ha indicado. Sánchez intenta así resolver la aparente contradicción de que el Gobierno pactó con ERC, Bildu y BNG un compromiso de aprobar un decreto para prorrogar el impuesto a las grandes energéticas a 2025, pero a la vez acordó con Junts eliminar ese impuesto para las compañías que inviertan en descarbonización. Todas lo hacen, así que en la práctica podría suponer la eliminación del impuesto, que es lo que Junts reivindica haber pactado con el PSOE. El Ejecutivo tiene que resolver este jeroglífico antes del jueves para lograr que la ley la voten tanto ERC como Junts, pero también para que se sume Podemos, que exige que se prorrogue el impuesto y que no tenía representante en la comisión, pero sí tiene cuatro escaños decisivos en el pleno del jueves.
Sánchez también habló desde Brasil sobre la intención del juez que ha imputado a su esposa, Begoña Gómez, de mirar sus cuentas bancarias. “En este tema, absoluta tranquilidad y transparencia. Si quieren investigar el estado de cuentas de mi esposa, adelante, se verá que es una mujer pulcra, honesta, y tiene un estado de cuentas como el de cualquier profesional. Y si quieren comprobar por escrito que estamos casados, tampoco hay problema”, dijo el presidente.
El Gobierno está confiado en resolver la crisis abierta por el paquete fiscal, aunque no tiene ninguna garantía de que no pueda tropezar el jueves en el pleno. La batalla política entre sus socios, algunos especialmente enfrentados y con líneas ideológicas diferentes, como Junts y ERC, pone en riesgo un paquete fiscal que es esencial para cumplir los compromisos europeos y como paso previo también para los Presupuestos. El Ejecutivo se niega a hacer autocrítica sobre su manera de negociar, y rechaza la posibilidad de cambiar algo en su fórmula o intentar buscar algún acuerdo más estable con Junts, por ejemplo, o con Podemos, que son los dos que más claramente están diciendo que no se sienten comprometidos con la mayoría y que negocian ley a ley y pueden tumbar cualquiera.
Los demás aliados, más estables, se quejan a su vez de la actitud de Junts, que con su tono y sus exigencias parece querer siempre quedar por encima y dar la sensación de que es el único apoyo imprescindible, cuando lo son todos, porque basta que caiga uno solo, no hay votación posible ante el rechazo sistemático del PP. “Todos nuestros votos valen lo mismo, somos todos imprescindibles, y no lo parece”, se quejan desde uno de los grupos decisivos.
En cualquier caso, en el Ejecutivo, reunido este martes en Consejo de Ministros, se acusaba la dureza de la última negociación, que ha dejado agotada a María Jesús Montero y todo su equipo, que realmente temieron en varios momentos de la noche del lunes que la ley pudiera decaer, y tuvieron que hacer cesiones al límite y retrasar tres veces la convocatoria de la comisión y ya sobre la marcha hacer varios recesos y un último retraso imprevisto de hora y media con el presidente de la comisión ausente para que no empezara la votación hasta que Junts no garantizara su voto. Algunos ministros señalan que en cualquier caso, pese al evidente desgaste, en el Consejo de Ministros se respiraba una sensación de alivio y de cierto optimismo, porque creen que si se consiguió lo más difícil, superar el trámite del lunes, el jueves también se logrará. Aun así, si se logra salvar el pleno del jueves, vendrá lo más difícil: Presupuestos.
“La línea del Gobierno es hacer una política fiscal más justa y más redistributiva para consolidar los servicios públicos. No es sencillo, pero si algo ha demostrado el gobierno es su capacidad de llegar a acuerdos. Al final fue una votación con 20 a favor y 17 en contra, salió adelante. Claro que no son negociaciones sencillas, pero también hay que mirar con ojos de normalidad la realidad parlamentaria que tenemos. Hay que hablar y llegar a acuerdos con fuerzas que piensan diferente. Con ese objetivo trabajamos también por unos nuevos Presupuestos. Otros solo pueden llegar a acuerdos con la ultraderecha”, resumió la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. “El ejemplo más claro de inestabilidad son los gobiernos del PP y Vox que no duraron ni un año. Sánchez lleva desde 2018 y los temas más importantes han salido adelante. Porque hay un proyecto y tenemos que dialogar, negociar y debatir, y nunca se puede entender como debilidad. Los ciudadanos han decidido que tengamos este Congreso. Nuestra línea roja es la ultraderecha. Desde 2018 hemos aprobado importantes leyes, convivir con parlamentos fragmentados ha venido para quedarse. Convivamos, saquemos lo mejor y hagamos acuerdos para beneficiar a la gente”, remató Alegría.
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