Tres años después, Rust, la película marcada por la tragedia donde el actor Alec Baldwin disparó y mató a la directora de fotografía Halyna Hutchins, ya se ha podido ver en pantalla grande, aunque de manera testimonial, en el festival de cine de Torún (172.000 habitantes) en Polonia, dedicado precisamente a la fotografía cinematográfica. El estreno tuvo lugar el miércoles, sin la presencia de su protagonista, ni de la familia de la cineasta muerta, que se pronunció en contra de la exhibición del filme.
La familia de Halyna Hutchins no asiste a la única sesión en que se ha mostrado porque argumenta que el actor “busca beneficiarse injustamente del asesinato” ocurrido en 2021
Tres años después, Rust, la película marcada por la tragedia donde el actor Alec Baldwin disparó y mató a la directora de fotografía Halyna Hutchins, ya se ha podido ver en pantalla grande, aunque de manera testimonial, en el festival de cine de Torún (172.000 habitantes) en Polonia, dedicado precisamente a la fotografía cinematográfica. El estreno tuvo lugar el miércoles, sin la presencia de su protagonista, ni de la familia de la cineasta muerta, que se pronunció en contra de la exhibición del filme.
En un comunicado enviado días antes, de hecho, la madre de Hutchins, Olga Solovey, argumenta que no patrocinará ningún evento mientras “Baldwin continúe negándose a disculparse y a asumir responsabilidades”. Y continúa: “En vez de eso, busca beneficiarse injustamente [como productor] del asesinato de mi hija […] sin que haya habido justicia para ella”, señala en un texto enviado por su abogada, la popular Gloria Allred, con la que ha abierto una demanda civil contra el actor, que ya fue absuelto en la demanda penal. La proyección de Rust, de 133 minutos de duración, comenzó con un minuto de silencio y terminó con un mensaje fundido en pantalla que decía “Para Halyna: ‘¿Qué podemos hacer para hacerlo mejor?”, una cita atribuida a Hutchins, según cuenta NBC News.
La directora de fotografía ucrania de 42 años murió el 21 de octubre de 2021, cuando unas balas reales disparadas por Baldwin con una pistola la alcanzaron en el rodaje de la película en Nueva México. El actor fue acusado posteriormente de homicidio imprudente, aunque el caso se desestimó el pasado julio por retención de evidencias tras varios días de juicio. La defensa del protagonista y productor del wéstern había argumentado que la policía de Santa Fe escondió una importante prueba, unas balas que fueron movidas de lugar, que habría beneficiado al acusado. El argumento burocrático funcionó.
Hannah Gutierrez-Reed, la armera del rodaje, por su parte, sí fue condenada a 18 meses de prisión por esos mismos cargos, y el asistente de dirección David Halls aceptó un cargo por negligencia en el manejo de arma de fuego. Baldwin, que busca relanzar su carrera con un reality show y con la imitación de Robert F. Kennedy Jr. en Saturday Night Live, no fue invitado al estreno, según el presidente del festival polaco Cameraimage, Marek Żydowicz. La película, además, no tiene, de momento, distribuidora para estrenarse en salas. Deadline Hollywood asegura que un acuerdo en EE UU no es inminente.
La proyección, que fue presentador por el director Joel Souza (herido también en el incidente) y la directora de fotografía sustituta, Bianca Cline, tuvo que ir cambiando de forma a medida que la polémica por el estreno del wéstern crecía entre los compañeros de gremio de Hutchins. Tras el rechazo de la familia, eliminaron de entre los ponentes, por ejemplo, al mentor de Hutchins, Stephen Lighthill. La sala que, según The New York Times, se ocupó en tres cuartas de sus butacas (pese a estar todo vendido), comenzó con una previa en la que el director explicó que durante meses no tuvo claro si regresar al rodaje era una buena decisión, pero que, al final, convirtió en su misión salvar el trabajo de su directora de fotografía como homenaje, respetando su estilo lo máximo posible: “Halyna y Bianca han hecho un baile a dúo, y han danzado maravillosamente”, apuntó sobre la fusión de ambas miradas.
Pese a la posición ahora litigante de la familia, Souza explicaba a la BBC que fue el marido de la directora de fotografía quien le convenció para completar el filme: “Era lo que la familia quería, y eso cambió todo. Quería honrar su legado y memoria”, aunque reconoce que en la industria no fue apoyado. “Todo el mundo está enfadado. Pero no creo que ninguna decisión tenga la respuesta correcta”, contó. Porque la película, además, tiene un reflejo en la vida real desde su argumento. El wéstern, ubicado en 1882 en Wyoming, cuenta la historia de un chico de 13 años que huye junto a su abuelo (Baldwin) al ser sentenciado a la horca por matar por accidente a un ranchero. “Es difícil separar lo que ves en pantalla de la realidad, sobre todo con tantas armas. La historia, además, es sobre un huérfano que pasa por toda serie de tragedias, y no puedes dejar de pensar en el hijo de Halyna“, explicaba el director de fotografía Samuel Romero a The New York Times en la proyección. Baldwin entra en escena con una banda sonora amenazante, cuentan las crónicas de la sesión.
Deadline Hollywood ha descrito el recibimiento de la sala como “templado”. Vulture, que subraya la incomodidad de ver la película junto a los cineastas mientras la audiencia, en cambio, encendía la luz de su móvil, señala también que Rust es “un wéstern sin adornos y convincente sobre la culpa, la familia, la ley y la devoción”, si bien apunta que Baldwin no encuentra su sitio, confundido por sus cambios de acento y rangos interpretativos, posiblemente por la diferencia de 18 meses entre secuencias. No esconden, a su vez, lo poco reconfortante que es verlo disparar a matar con su pistola, y señala que es imposible de diferenciar qué directora hizo cada trabajo. La imagen del filme más utilizada por las noticias sobre la película, con Baldwin disparando, no aparece, por cierto, en el metraje final. Ni hubo referencias al actor en los 20 minutos de presentación del filme.
The Hollywood Reporter, por su parte, destacó que Rust fue recibida con un “abrazo empático”, sobre todo gracias a la presencia de Rachel Mason, amiga de Hutchins, que anunció en el acto que había rodado un documental sobre la vida de la directora y el proceso para terminar la película. La polémica seguirá coleando, ya que Mason asegura que Olga Solovey, la madre, dio su bendición para que el rodaje continuara: “Tengo la grabación de la entrevista, y dijo esas palabras”, asegura. Pese a eso, Solovey era tajante en su comunicado: “Quieren promocionarla entre compradores para que Alec Baldwin y otros que tuvieron un papel en la muerte de Halyna obtengan ingresos. La familia no acepta aprovecharse de su muerte”. La producción de la película ha respondido que esta respuesta de la familia “es decepcionante”, y que “la película fue rodada con su apoyo. Esto no es un festival para compradores, sino para celebrar el arte de la dirección de fotografía. Ninguno de los productores se va a beneficiar financieramente, y sugerirlo es una falta de respeto para quienes han trabajado en honrar su legado”.
Pero esta no fue la única polémica para el festival Cameraimage, que abrió con la protesta por la falta de directoras de fotografía entre sus proyecciones. Ante esa crítica, el responsable del festival escribió una columna en la que sugería que la selección en el programa de más mujeres podría haber llevado a la inclusión de “producciones cinematográficas mediocres” a expensas de “obras y artistas con logros artísticos sobresalientes”. Esa respuesta provocó una reacción generalizada, y la Sociedad Británica de Cinematógrafos escribió una carta abierta a Żydowicz, atacando sus “comentarios profundamente misóginos y su tono agresivo”. Żydowicz reaccionó, afirmando que esas acusaciones estaban “completamente fuera de lugar y eran ofensivas”, aunque luego se disculpó.
El director Steve McQueen, que presentaba allí Blitz, anuló su viaje a Polonia: “Aunque haya emitido una disculpa, no acepto palabras profundamente ofensivas. Tengo un enorme respeto por los directores de fotografía de todos los géneros, incluidas las mujeres, y creo que tenemos que exigir mejores condiciones y hacer espacio a todos en la mesa”. También Coralie Fargeat suspendió la proyección de La sustancia. La actriz Cate Blanchett, que preside el jurado, en cambio, ha apoyado al festival con un comunicado en el que explicaba: “Damos la bienvenida al debate sobre la representación de género”.
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