El fallo de un cohete provoca un espectacular incendio en la agencia espacial de Japón

Una prueba del motor del cohete de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) Epsilon S, de combustible sólido, terminó hoy con una masiva explosión y un incendio, tras 49 segundos, en el Centro Espacial Tanegashima,, al sureste del archipiélago. Es un nuevo revés para el programa espacial nipón.

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 Es la segunda prueba fallida del nuevo cohete japonés de combustible sólido  

Una prueba del motor del cohete de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) Epsilon S, de combustible sólido, terminó hoy con una masiva explosión y un incendio, tras 49 segundos, en el Centro Espacial Tanegashima,, al sureste del archipiélago. Es un nuevo revés para el programa espacial nipón.

El accidente, que no causó heridos, tuvo lugar a las 8:30 de la mañana del martes (23:30 GMT del lunes). La prueba estaba centrada en la segunda fase del cohete Epsilon S, informó la agencia espacial. La explosión es la segunda relacionada con el modelo Epsilon S en dos años, y provocó un descenso del 7% de las acciones de IHI (Ishikawajima Harima Heavy Industries), la empresa socia de JAXA en el proyecto iniciado en 2013 y cuyo objetivo es abaratar el envío de satélites al espacio con cohetes pequeños con combustible sólido. IHI, fundada como astillero en 1853, cuenta con una filial llamada IHI Aerospace, que tiene previsto encargarse de los lanzamientos del Epsilon S cuando entren en operación.

Según el diario económico Nikkei, el accidente afectará el lanzamiento del cohete Epsilon S que estaba programado para el año fiscal en curso (que termina en marzo próximo), y es un duro revés para los planes nipones de participar en el competitivo mercado internacional de lanzamientos de satélites. El Epsilon S, que mide 27 metros de altura, tiene previstos ocho lanzamientos regulares al año para transportar satélites y sondas espaciales de diversos tamaños de empresas e instituciones de investigación, tanto japonesas como internacionales, afirma el rotativo. El modelo de demostración del cohete estaba programado para transportar un satélite de observación terrestre de Vietnam, además de futuros satélites tecnológicos desarrollados por universidades y empresas.

El primer telescopio

El proyecto Epsilon se inició en 2013, cuando Japón lanzó al espacio su primer cohete en 12 años desde el Centro Espacial Uchinoura en el sur del país. El primer Epsilon, que transportaba un telescopio para observar el sistema solar, tuvo un costo de unos 38 millones de euros, un tercio de su antecesor inmediato, el H2A introducido en 2001.

En octubre de 2022, el lanzamiento del último modelo de la versión anterior, el Epsilon-6, que transportaba 8 satélites comerciales, fue destruido de forma deliberada a los diez minutos del despegue tras detectarse una desviación de su ruta que le impediría entrar en la órbita terrestre.

El motor de la séptima versión del Epsilon explotó en la prueba realizada en julio de 2023 desde el Centro Experimental de Cohetes de Noshiro, en la prefectura de Akita, al norte de Japón. Algunos componentes se derritieron por las altas temperaturas y provocaron incendios de componentes químicos.

Un experto citado por el diario Nikkei, el profesor Koichi Yonemoto, de la Universidad de Ciencias de Tokio, manifestó su extrañeza ante los fallos consecutivos de un cohete “que tiene un sistema relativamente simple” y sugirió que no se identificaron las causas fundamentales del accidente de 2023. Ese años se realizaron 212 lanzamientos, 96 de los cuales fueron de SpaceX, la empresa de Elon Musk. Uno de los primeros rivales de Japón con cohetes pequeños es la norteamericana Rocket Lab, cuyo Electron de solo 18 metros ha logrado más de 50 lanzamientos exitosos desde 2017. En 2019, la firma Interstellar Technologies puso el primer cohete en el espacio desarrollado por empresas privadas japonesas. Entre sus fundadores se encuentra Takafumi Horie, polémico empresario que atribuye el éxito de sus proyectos a una conversación con Elon Musk, que en 2005 le aconsejó confiar en las capacidades técnicas de Japón para la exploración espacial.

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