Hoteles, aerolíneas, turoperadores y agencias de viajes se han visto beneficiados por el ciclo virtuoso de dos años de crecimiento explosivo que ha encadenado el turismo, lo que les ha llevado a enjugar las millonarias pérdidas acumuladas durante los dos años de pandemia, a superar con holgura en su gran mayoría los registros previos al estallido de la crisis sanitaria del coronavirus y a desempolvar los planes de crecimiento que dejaron aparcados en el inicio de 2020.
Barceló se queda sin deuda, Hotusa se dispone a crecer otro 12%
Entre las empresas que no cotizan en los mercados financieros sobresalen los casos de Barceló y Hotusa como paradigmas de la reducción de la deuda y del crecimiento del negocio. La firma de la familia Barceló eliminó su deuda en 2023 y eso es lo que le permitirá repetir en 2025, por segundo año consecutivo, un ritmo inversor de 400 millones de euros anuales para reformar activos y para la compra de hoteles. «Ganaremos un 20% más respecto a 2023 y eso nos permitirá llegar por primera vez a los 500 millones de euros de ebitda (resultado de explotación)», recalcó Raúl González, consejero delegado de la división hotelera en Europa, Oriente Medio y África.
Por su parte, Hotusa prevé un crecimiento del negocio cercano al 12% para este año en línea con lo anticipado en el arranque de 2024. «Volverá a ser un año récord en términos de ingresos y de resultados, gracias a la buena marcha del sector sumada a una eficiente gestión», señalan fuentes de la compañía, que logró unos ingresos de 1.418 millones de euros en 2023 y un ebitda (beneficio bruto de explotación) de 202 millones de euros. Esa mejoría económica es la que le ha permitido acelerar el crecimiento de su cartera hotelera: solo en noviembre ha anunciado la firma de dos hoteles en Cádiz y otros dos en San Sebastián.
Amadeus ha cuadruplicado la facturación y quintuplicado el beneficio en dos años. IAG ha multiplicado por trece el resultado neto y Meliá ha recortado un tercio de su deuda en ese período (439 millones de euros)
Hoteles, aerolíneas, turoperadores y agencias de viajes se han visto beneficiados por el ciclo virtuoso de dos años de crecimiento explosivo que ha encadenado el turismo, lo que les ha llevado a enjugar las millonarias pérdidas acumuladas durante los dos años de pandemia, a superar con holgura en su gran mayoría los registros previos al estallido de la crisis sanitaria del coronavirus y a desempolvar los planes de crecimiento que dejaron aparcados en el inicio de 2020.
Las cuentas de resultados de las cinco grandes empresas cotizadas del turismo (IAG, Amadeus, Aena, Meliá y Minor Hotels, la antigua NH) reflejan a la perfección ese cambio de tendencia que arrancó a finales de 2022. En los dos últimos años, la facturación conjunta de esas cinco compañías ha repuntado un 54% hasta los 36.384 millones de euros, el beneficio neto se ha multiplicado por cinco hasta los 4.992 millones de euros y el abultado endeudamiento firmado para sortear un largo período de tiempo sin demanda se ha reducido un 25% (5.210 millones menos entre septiembre de 2022 y septiembre de 2024).
La fotografía individual de cada compañía muestra, sin embargo, diferentes matices. La tecnológica Amadeus ha sido la más beneficiada por la recuperación del turismo y de la conectividad aérea, ya que ha cuadruplicado su cifra de negocio en dos años hasta los 4.601 millones entre enero y septiembre de 2024 y ha multiplicado por cinco su beneficio neto hasta los 1.028 millones de euros, superando en ambos casos los registros de 2019. En el otro lado, la tecnológica ha incrementado el pasivo un 5,1% (la única de las cinco compañías que no la ha rebajado) hasta los 2.511 millones, aunque el mayor crecimiento del beneficio ha dejado la ratio deuda/ebitda en 1,09 veces, un nivel inferior a las 1,34 veces del mismo período de 2019. Parte de ese endeudamiento se ha destinado a financiar dos grandes compras: en enero cerró por 320 millones de euros la adquisición de Vision-Box, un proveedor portugués de soluciones biométricas para reconocimiento de personas en aeropuertos, aerolíneas y controles fronterizos, y dos meses después se hizo con el 100% de Voxel, un proveedor de facturación electrónica y soluciones de pago para empresas para agencias de viajes, hoteles y touroperadores, por 113 millones de euros.
En un segundo escalón se sitúa IAG, la compañía que agrupa a British, Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level, que ha visto cómo su beneficio neto se ha multiplicado por 13 en dos años hasta los 2.250 millones de euros, lo que le ha permitido realizar un ajuste de deuda de 3.056 millones de euros en el mismo período, situando la ratio frente al ebitda en una vez y mejorando así el objetivo de 1,5 veces fijado por el grupo. Esta recuperación económica es la que le ha permitido a su vez reforzar su presencia en mercados estratégicos, como demuestra la decisión de Iberia de volver a volar a Tokio, mientras que el consejero delegado de IAG, Luis Gallego, ha apuntado que existen oportunidades para que Level explote su negocio de bajo coste y largo radio desde Barcelona hacia Asia, aunque todavía no hay tomada ninguna decisión al respecto.
Aena, Minor y Meliá se sitúan en la parte baja del crecimiento, aunque en todas ellas facturación y beneficio aumentaron a tasas de dos dígitos. En el caso del gestor aeroportuario, la cifra de negocio repuntó un 40% y el beneficio lo hizo un 18% entre enero y septiembre, lo que le va a ofrecer oxígeno para acometer una inversión relevante como las obras de ampliación del aeropuerto de Congonhas, ubicado en Sao Paulo. Los trabajos, cuyo coste se elevará a 330 millones de euros, persiguen elevar la capacidad del mayor activo de Aena en ese mercado y de la segunda infraestructura aeroportuaria de Brasil por tráfico, solo por detrás de Guarulhos, también en São Paulo. Los trabajos se van a prolongar hasta mediados de 2028 por la elevada complejidad de los mismos.
Meliá y Minor han logrado superar los resultados de 2019 y se disponen a retomar con fuerza el crecimiento de la cartera hotelera sin descuidar la reducción de la deuda. En los nueve primeros meses de 2024, la hotelera de los Escarrer abrió 14 hoteles y prevé culminar otras 9 aperturas este trimestre para cerrar con 23 nuevos activos. En paralelo sigue trabajando en la venta de una participación minoritaria para lograr 60 millones de dólares (56,2 millones de euros) en el mes de diciembre. En los dos últimos años, Meliá se ha desprendido de un tercio de su deuda neta hasta dejarla en 832 millones de euros, sin contar los arrendamientos operativos.
En el caso de la hotelera propiedad del grupo tailandés Minor, la deuda apenas se ha recortado en dos años y ha crecido con fuerza en los últimos doce meses (131 millones más), como consecuencia de la operación de compra de los nueve hoteles que componían el negocio de Minor en Brasil.
Barceló se queda sin deuda, Hotusa se dispone a crecer otro 12%
Entre las empresas que no cotizan en los mercados financieros sobresalen los casos de Barceló y Hotusa como paradigmas de la reducción de la deuda y del crecimiento del negocio. La firma de la familia Barceló eliminó su deuda en 2023 y eso es lo que le permitirá repetir en 2025, por segundo año consecutivo, un ritmo inversor de 400 millones de euros anuales para reformar activos y para la compra de hoteles. «Ganaremos un 20% más respecto a 2023 y eso nos permitirá llegar por primera vez a los 500 millones de euros de ebitda (resultado de explotación)», recalcó Raúl González, consejero delegado de la división hotelera en Europa, Oriente Medio y África.
Por su parte, Hotusa prevé un crecimiento del negocio cercano al 12% para este año en línea con lo anticipado en el arranque de 2024. «Volverá a ser un año récord en términos de ingresos y de resultados, gracias a la buena marcha del sector sumada a una eficiente gestión», señalan fuentes de la compañía, que logró unos ingresos de 1.418 millones de euros en 2023 y un ebitda (beneficio bruto de explotación) de 202 millones de euros. Esa mejoría económica es la que le ha permitido acelerar el crecimiento de su cartera hotelera: solo en noviembre ha anunciado la firma de dos hoteles en Cádiz y otros dos en San Sebastián.
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