En el Viola Park, a escasos kilómetros de la Ópera de Viena, el Barcelona volvió a hacer sonar su melodía favorita: la de las goleadas, y la de la victoria. Contra el St. Pölten no hubo oposición. Las azulgrana dominaron cómodamente, controlaron el tempo y bailaron con su juego, recompensadas con un doblete de Kika Nazareth, un tanto de Vicky López y la celebración del gol 200 como azulgrana de Alexia Putellas (1-4). El Barça, segundo de grupo a tres puntos del líder Manchester City, ya saborea, una vez más, los cuartos de final de la Champions, clasificado virtualmente.
El conjunto azulgrana, firme en la Champions e inspirado en ataque, gobernó y bailó al rival
En el Viola Park, a escasos kilómetros de la Ópera de Viena, el Barcelona volvió a hacer sonar su melodía favorita: la de las goleadas, y la de la victoria. Contra el St. Pölten no hubo oposición. Las azulgrana dominaron cómodamente, controlaron el tempo y bailaron con su juego, recompensadas con un doblete de Kika Nazareth, un tanto de Vicky López y la celebración del gol 200 como azulgrana de Alexia Putellas (1-4). El Barça, segundo de grupo a tres puntos del líder Manchester City, ya saborea, una vez más, los cuartos de final de la Champions, clasificado virtualmente.
El equipo azulgrana aterrizó en Austria en plena forma y con autoestima tras la victoria contra el Atlético de Madrid y el Real Madrid en sus respectivos estadios. Y aunque no debían dejarse empañar por la confianza de la goleada al St. Pölten en casa (7-0), Pere Romeu optó por bastantes rotaciones, pero confiables, junto a algunas jugadoras irremplazables. Eso sí, volvió a probar con cuatro centrocampistas: Alexia Putellas como falso extremo, Vicky López y Patri Guijarro como interiores, y Keira Walsh de pivote. Frente a ellas, las austríacas se presentaron en casa con más fondo de armario: han pasado de las cuatro jugadoras en el banquillo —dos porteras— del último encuentro en Barcelona a las siete suplentes.
Aun así, sonó la misma melodía en Austria que en Barcelona. Aunque con un tono diferente y mejorado, con mayor comodidad de las azulgrana, también amplitud y con goles antes de tiempo. Graham encontraba sus particulares huecos entre una, dos, tres jugadoras por la banda derecha. Las futbolistas del St. Pölten se hundieron en el área con un bloque defensivo cargado de piernas. Hasta que Kika Nazareth, cada vez más acostumbrada al equipo y con la posición de falso nueve acomodada, aprovechó un fallo de Dubcová, le robó el balón de los pies en el área y definió con potencia para anotar el primer gol. Poco después, le llegaría el segundo: Alexia encontró a Esmee Brugts por la izquierda, aceleró rápidamente para poner un pase a Kika, que se giró, y sin tiempo apenas para pensar, marcó el segundo.
Abierta la veda, el tercero llegaría a los dos minutos tras una recuperación de Vicky López. Patri Guijarro le devolvió el balón con un taconazo, la joven se hizo aún más pequeña y se coló entre la defensa para anotar su primer gol en el campeonato europeo con el Barça. Después, ya con el Barça a medio gas y tras una gran triangulación y jugada colectiva, Alexia, siempre peligrosa por dentro del área, marcó su gol 200 como azulgrana.
El St. Pölten vagó entre contraataques frustrados y llegadas tímidas. Pero el Barça se despistó en un tiro de falta, con un balón que campó a sus anchas por el área hasta que Mädl empujó para anotar el primer tanto para las austríacas, y que dejó a Cata Coll lamentándose.
Romeu rotó en el tramo final del encuentro, ofreciendo el debut en Champions a la joven suiza de 17 años Sydney Schertenleib. Y aunque el partido se apagó con menos precisión y ritmo para las azulgrana, acabaron firmando un solo y una nueva victoria en su camino por Europa.
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