El Arsenal empató 1-1 ante el Everton y puso el alirón del Liverpool en bandeja. Con 11 puntos entre el líder y el segundo, la Premier está virtualmente resuelta. A tres días de recibir al Madrid en la ida de los cuartos de final de la Champions, el Arsenal planteó un partido fuertemente condicionado por los preparativos del torneo en el que sigue vivo. De entrada descansaron Odegaard y Martinelli, los jugadores más desequilibrantes. Respecto al planteamiento, Mikel Arteta, el entrenador, hizo un ejercicio de conservadurismo: presión, la justa; riesgo en el pase, minimizado. Puesto que no se juega nada en la liga, sería lógico que se tratara de un simulacro. Un ensayo de juego cauteloso ante la amenaza que representará el martes que viene el contragolpe de Mbappé.
El equipo de Arteta intenta administrar el 0-1 ante el Everton, que le remonta encerrado atrás (1-1) en un triste preparativo de los cuartos de Champions
El Arsenal empató 1-1 ante el Everton y puso el alirón del Liverpool en bandeja. Con 11 puntos entre el líder y el segundo, la Premier está virtualmente resuelta. A tres días de recibir al Madrid en la ida de los cuartos de final de la Champions, el Arsenal planteó un partido fuertemente condicionado por los preparativos del torneo en el que sigue vivo. De entrada, descansaron Odegaard y Martinelli, los jugadores más desequilibrantes. Respecto al planteamiento, Mikel Arteta, el entrenador, hizo un ejercicio de conservadurismo: presión, la justa; riesgo en el pase, minimizado. Puesto que no se juega nada en la liga, sería lógico que se tratara de un simulacro. Un ensayo de juego cauteloso ante la amenaza del contragolpe de Mbappé del martes que viene.
EVEEverton

1
Jordan Pickford, Jarrad Branthwaite, James Tarkowski, Jake O´Brien, Patterson (Carlos Alcaraz, min. 75), Iliman Ndiaye (Ashley Young, min. 75), Tim Iroegbunam (James Garner, min. 65), Idrissa Gueye, Doucouré, Jack Harrison (Dwight McNeil, min. 86) y Beto (Armando Broja, min. 65)
ARS Arsenal
1

David Raya, Jakub Kiwior, William Saliba, Myles Lewis-Skelly, Ben White (Jurrien Maduro, min. 61), Jorginho (Odegaard, min. 70), Merino, Declan Rice, Ethan Nwaneri, Sterling (Martinelli, min. 45) y Trossard
Goles 0-1 min. 33: Trossard. 1-1 min. 49: Iliman Ndiaye.
Árbitro Darren England
Tarjetas amarillas Jake O´Brien (min. 17), Jorginho (min. 48), James Tarkowski (min. 62) y Carlos Alcaraz (min. 87)
El Arsenal se formó con defensa de circunstancias. Lesionado Calafiori (rodilla) y camino del quirófano Magalhaes (rotura fibrilar), White jugó en el lateral derecho después de una larga convalecencia por una operación de rodilla, Saliba y Kiwior ocuparon el carril central, y el bravo canterano Lewis-Skelly se hizo cargo del lateral izquierdo y del auxilio del mediocentro, Jorginho, en la salida. Por delante se desplegaron Rice y Merino, en posiciones demasiado rígidas, sobre todo Merino, que apenas tuvo incidencia en el juego. Sterling ofició de punta, Trossard de extremo izquierdo y el joven Nwaneri de extremo derecha. En la segunda parte entró Jurrien Timber en sustitución del doliente White, y Saka con Martinelli y Odegaard. Pero para entonces el partido había consolidado su inercia. No había talento que lo removiera. El cemento se había solidificado.
Fue una tarde deslumbrante en el norte de Inglaterra. Cielo despejado, aire tibio, felicidad en las gradas de Goodison Park, en donde desde hace días se festeja la permanencia en la Premier. Todo discurría con satisfacción para el Everton y para su visitante, el Arsenal, que se adelantó pasada la media hora. El 0-1 de Trossard confirmó el poderío de los visitantes. Con la ventaja en el bolsillo, se entregaron placenteramente a mover la pelota en su campo. Se la pasaban a la espera de que el Everton, rígido y prieto como un muro de gavión, se abriera, se derrumbara. Con paciencia. Mucha paciencia. La receta perfecta para que el muro de David Moyes, aparejador de la vieja escuela, permaneciera perfectamente encalado.
“¡Hold! ¡hold!”, gritaba estridente el entrenador, Mikel Arteta. “¡Aguanten! ¡Aguanten!”. Lo mandaba desde la banda, cuando Jorginho movía la pelota en su campo en busca de un pase que rompiera líneas.
Con el 0-1, producto de un contragolpe dirigido por Sterling y rematado por Trossard, la consigna se redobló. Los jugadores del Arsenal iniciaban la maniobra en su campo y al llegar al círculo central comenzaban a encontrarse con la resistencia compacta de sus contrincantes. Ante la disyuntiva de pasar la pelota a compañeros rodeados de rivales o retrasarla a los defensas para dejar que pasara el tiempo, Jorginho y sus compañeros en el mediocampo se inclinaron por cuidar la posesión, o lanzaron en largo para perderla, si acaso, lejos de su portería, o cedieron a los centrales para que metieran pases bombeados a los carriles, a la espalda de los laterales del Everton, para que corrieran los extremos. Así, sin mucha elaboración, el Arsenal tuvo a tiro el 0-2 en un par de ocasiones claras de Trossard y Rice.
El penalti de England
Darren England, uno de los árbitros más esotéricos de Inglaterra, castigó al Arsenal tras el descanso. Lewis-Skelly forcejeó con Harrison por un balón al borde del área y como quiera que Harrison se precipitó al suelo, el juez pitó penalti. Ni la evidencia ilustrada en el VAR ablandó la voluntad de England. Así empató el Everton, por obra de Ndiaye, su chamán, su referencia en ataque, el inventor de todas sus jugadas de peligro.
El sol se ocultó sobre el alero de Goodison Park. Entraron Saka, Martinelli y Odegaard, pero el 1-1 se consolidó. Pickford hizo sus paradas de rigor, Tarkowski pegó firme y parejo con la anuencia de England, y el Arsenal quiso acelerar pero el ritmo lento y precavido se había petrificado en la conciencia de los jugadores, desmoralizados en la Premier y con la mente puesta en el Real Madrid.
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