La Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC) ha publicado este miércoles la nota en la que justifica el paso a segunda fase —lo que supone un análisis más estricto, la intervención del Gobierno y prolongar los plazos hasta la primavera de 2025— de la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell por los posibles efectos perjudiciales sobre las pymes. En concreto, considera que la oferta, tal y como está planteada, puede menoscabar el crédito a las pequeñas y medianas empresas, así como comprometer las condiciones comerciales a este segmento.
La CNMC considera que los compromisos planteados por BBVA, similares a los de CaixaBank y Bankia, no son suficientes
La Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC) ha publicado este miércoles la nota en la que justifica el paso a segunda fase —lo que supone un análisis más estricto, la intervención del Gobierno y prolongar los plazos hasta la primavera de 2025— de la opa del BBVA sobre el Banco Sabadell por los posibles efectos perjudiciales sobre las pymes. En concreto, considera que la oferta, tal y como está planteada, puede menoscabar el crédito a las pequeñas y medianas empresas, así como comprometer las condiciones comerciales a este segmento.
Competencia no ha considerado suficientes los compromisos planteados por el BBVA, que esperaba que la transacción fuese aprobada en una primera fase y antes del pasado 9 de noviembre. Estima que “no puede descartar” estos efectos nocivos sobre la competencia en pymes, la reducción del crédito en este ámbito y en los negocios de pagos. Tal y como publicó este periódico, estos compromisos replicaban buena parte de los que planteó CaixaBank en la fusión con Bankia en 2020, al tiempo que incorporaban un tratamiento especial para las pequeñas y medianas empresas. Y con condiciones más duras en determinados aspectos.
Estos compromisos se centraban en cinco aspectos: el riesgo de empeoramiento de las condiciones comerciales en banca minorista, el riesgo de exclusión financiera, la posible reducción de crédito a pymes, el empeoramiento de condiciones en cajeros y el riesgo en el mercado de pagos. En el primer aspecto, el BBVA se comprometía a mantener las condiciones comerciales en los 69 códigos postales en los que la entidad resultante se quedaría en monopolio y en los 91 en los que no tendría competencia; mantendría la política comercial para pymes diseñada a nivel nacional, con la aplicación de precios medios nacionales, y no cerraría las oficinas centradas en empresas. También se comprometía a la comunicación a los clientes de los cambios de condiciones.
En cuanto a la exclusión financiera, el BBVA planteaba crear una cuenta para clientes vulnerables y el mantenimiento de oficinas en determinados contextos: sin competencia o con un solo competidor en el municipio, sin competencia a menos de 300 metros o en municipios con una renta per cápita inferior a los 10.000 euros. También el mantenimiento del horario comercial en las oficinas del Sabadell con servicio de caja. Para conjurar el riesgo de crédito a pymes, el BBVA ofrece mantener las líneas de circulante durante un año y durante 18 meses de todo el crédito a pymes. Finalmente, también accedía a mantener el acceso a todos los cajeros Euro 6000, con los que ahora pueden operar sin coste los clientes del Sabadell, durante 18 meses. No ha sido suficiente.
Competencia ha observado problemas en tres asuntos. En primer lugar, considera que la aplicación de precios medios nacionales a las pymes no descarta que el banco pueda empeorar las condiciones actuales. Apunta igualmente que carece de la información suficiente para concluir que los compromisos presentados en el mantenimiento del crédito a pymes puedan sean suficientes y efectivos para conjurar este riesgo. Igualmente este organismo señala que lo planteado en pagos es insuficiente y poco concreto.
La institución que pilota Cani Fernández se basa para hacer estas aseveraciones en un análisis basado en el efecto de la transacción en tres áreas de negocio: banca minorista, pagos y cajeros automáticos. En el primer aspecto, la CNMC identifica un duopolio en 50 municipios, así como cuotas significativas en algunas comunidades autónomas y provincias, fundamentalmente en Cataluña y la Comunidad Valenciana. El organismo detecta un riesgo de trasvase de clientes del BBVA al Sabadell y viceversa en los productos menos beneficiosos para los clientes, de incremento de exclusión financiera, de elevar los precios al comercio por los TPV y de reducir el acceso a un grupo de clientes a los cajeros automáticos.
Con respecto al aspecto clave, la reducción del crédito a pymes, la CNMC apunta a que el test de mercado realizado “no ha sido concluyente”. Afirma que unos actores de mercado opinan que esa posible reducción de los préstamos puede ser absorbida por competidores, mientras que las asociaciones empresariales sí aprecian el riesgo. Y observa carencias en los modelos presentados por el Sabadell que cuantifican la reducción de crédito derivado de la operación.
“A la vista de todo lo anterior esta Dirección de Competencia no puede descartar que la operación genere un riesgo de efectos unilaterales horizontales en forma de reducción del crédito a pymes, singularmente en aquellos ámbitos en los que la entidad resultante adquiere una posición significativa”, indica.
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